jueves, 21 de febrero de 2013

Shabat Zajor.13 Adar 5773 (23 Febrero 2013).

   Este Shabat es "Shabat Zajor", no hay que faltar a la Sinagoga para escuchar Perashat Zajor. También las mujeres deben de escucharla. Es obligación "Deoraitá", es decir, obligación de la Torá en sí (no de los jajamim) escuchar Perashat Zajor
 
   En el Shabat anterior a Purim, la Haftará que se lee para la Parashat Zajor es Shemuel I 15:2-34.

EL ÚLTIMO DE LOS AMALEKITAS
La segunda de las Cuatro Parashiot que leemos en los meses de Adar y Nisán es Parashat Zajor. Zajor significa "Recuerda". La Torá nos dice "Recuerda lo que Amalek les ha hecho en el camino, cuando salieron de Egipto". En el Shabat Zajor nosotros cumplimos con la mitzvá de "destruír el recuerdo de Amalek de bajo de los cielos" leyendo esta sección de la Torá.
Parashat Zajor siempre se lee la semana antes de Purim porque en Purim celebramos nuestra liberación del descendiente más importante de Amalek - Hamán.
La Haftará de Parashat Zajor describe otro encuentro con los descendientes de Amalek: El Rey Shaúl fue ordenado aniquilar a Amalek, pero fracasó en matar a su rey Agag. Mientras estaba en cautiverio, el último de los Amalekitas, Agag, pudo engendrar un hijo, y fue de este niño que Hamán era descendiente.
 
PARASHAT ZAJOR

El Shabbat previo a Purim (el próximo Shabbat) se sacan dos rollos de la Torá del tabernáculo para dar lectura a los mismos. En el primero se lee la porción semanal, y en el segundo se da lectura a la porción que reza “zajor asher asá leja Amalek” –recuerda lo que te hizo Amalek-, por ello se denomina comúnmente a esta porción Parashat Zajor.

En opinión de la mayoría de los comentaristas la lectura de la Parashat Zajor es un precepto activo de la Torá. Y teniendo en cuenta que a los efectos halájicos es necesario concentrarse al cumplir un precepto positivo en el cumplimiento del mismo (Shuljan Aruj cap. 60 inc. 4), es preciso poner especial atención cuando se oye esta Parasha en cumplir con el precepto de recordar lo que hiciera Amalek al pueblo hebreo y su exterminio. Asimismo el oficiante debe concentrarse en hacer que su lectura exima a los oyentes del cumplimiento de este precepto.

Si por algún percance no pudo concurrir a la sinagoga para oír la Parashat Zajor en Shabbat, se concentrará en cumplir este precepto al llegar a la porción semanal de Ki Tetze, la cual incluye a la Parashat Zajor, y debe pedirle al oficiante que también él se concentre en hacerlo cumplir con su precepto al leer.
Existe divergencia entre los comentaristas si la mujer está obligada a oír la Parashat Zajor o no. En opinión de la obra Hinuj y otros comentaristas, las mujeres se hallan exentas de la obligación de oír esta Parasha, pues el sentido de la misma es recordar el acoso de Amalek para perseguirlo y exterminarlo, lo cual no es función propia de las mujeres, la guerra y no se hallan encomendadas llevarla a cabo. Por ello, según estas opiniones, las mujeres no están obligadas a oír la Parashat Zajor (por supuesto no existe distinción entre las mujeres comunes y las soldadas que eventualmente toman parte en la guerra, pues la Torá no encomendó a las mujeres exterminar a Amalek, ya que la guerra no es naturalmente parte de la femineidad).
Sin embargo, de acuerdo a la opinión de muchos otros comentaristas las mujeres están obligadas a oír Parashat Zajor (y así es la costumbre en la mayor parte de las comunidades). Por ello, aquellas mujeres que adoptan una actitud más estricta y concurren el Shabbat a oír esta Parasha, convocan sobre sí la bendición celestial. La mujer que posee niños pequeños y no puede dejarlos en la casa solos, puede eximirse de oír esta Parasha.
En la actualidad, en muchos lugares suelen sacar una Torá especialmente para leer la Parashat Zajor para las mujeres, y después de la Tefilá o en la tarde, pueden concurrir a oír la lectura de la Parashat Zajor mientras sus esposos u otros hijos cuidan de los pequeños.
 

Parashá Shavua: Tetzavé -(Ordenarás). Shabat Zajor.13 Adar 5773 (23 Febrero 2013).Comentario sobre la Parashá

 
“Harás vestiduras... para Gloria y Esplendor...” (Shemot 28:2)

En una generación donde los jóvenes raspan los vaqueros para que se vean viejos y rotos, es difícil entender el precepto de hacer vestimentas para Gloria y Esplendor.

La haftará de la parashá Jayé Sará comienza diciendo: "Y el Rey David anciano avanzado en años, le cubrían con vestimentas y no se calentaba" y sobre el particular preguntan nuestros Sabios, ¿cómo puede ser que no se calentaba?, a lo que responden: "David fué castigado, midá kenegued midá" (con la misma medida que él se relacionó). En la misma medida que el no respetó la vestimenta del Rey Shaúl.

Cuando David se escapaba de la condena del Rey Shaúl, se escondió en una cueva, donde más tarde entraría el propio Rey Shaúl para realizar sus necesidades. David tuvo la oportunidad de vengarse del Rey Shaúl, pero se retractó pensando: ¿Cómo levantaré mi mano al ungido de Hashem?

Mismo así, quiso David tener un recuerdo del momento y le corto un pedazo de la esquina del manto del Rey Shaúl. Por un hecho tan insignicativo, ya que nadie de la compañía del Rey Shaúl se dio cuenta del hecho, fue castigado el Rey David años más tarde, con el hecho que sus vestimentas no cumplieran con su finalidad de dar calor a quien las usa.

"Harás vestiduras… para Gloria y Esplendor". Mismo los objetos fueron creados con función y objetivo, y en una generación como la nuestra en la que todo se ha convertido en desechable es difícil hablar de valores, respeto, aprecio…

Los sacerdotes "Cohanim" en su servicio en el Templo están obligados a vestir cinco vestimentas y el Sumo Sacerdote "Cohen Gadol" ocho, ninguna vestimenta usada fuera del Templo podía ser usada dentro, y así como ninguna vestimenta usada dentro del mismo, podía ser usada fuera. Cada objeto tenía un uso específico, un lugar y un tiempo.

Ocho vestimentas usaba el Sumo Sacerdote: Hoshen, pectoral donde se encontraban incrustadas las doces piedras, también llamadas "Urim be Tumim" por medio de las cuales el Sumo Sacerdote consultaba el deseo Divino; Efod, vestimenta a manera de media falda que sostenía el Hoshen por medio de dos correas, sobre las cuales iban incrustadas dos piedras con los nombres de todas las tribus; Meil, manto; Ketonet, túnica de encaje; Misnefet, sombrero a manera de cofia; Abnet, faja; Chis, diadema frontal y Mijneshet Bad, pantalones. Mismo el Sacerdote en su servicio usaba cinco de las vestimentas recordadas, cuando hasta los hilos usados en la elaboración de las telas eran compuestos y hechos con intención y pensamiento. Todo era estrictamente obligatorio y necesario hasta para el servicio más sencillo realizado en el Santuario. ¡Qué seriedad e importancia tenían que sentir los sacerdotes en su trabajo!.

Dijeron nuestros Sabios : "Desde la destrucción del Templo, nos quedaron los rezos en reemplazo de los sacrificios". ¿No deberíamos sentir la misma seriedad e importancia en nuestros hechos, así como los sacerdotes sobre el Altar? Podríamos esperar que nuestras vestimentas "made in China" sean fabricadas con la misma intención que tuvieron Betzalel y todos los Sabios en la confección de las vestimentas.

Latas desechables, botellas descartables, platos, vasos, cubiertos... dentro de poco camisas de un sólo uso...; tal vez esa es una de las muchas razones que hasta las relaciones más verdaderas como las de padres-hijos, marido-mujer... van perdiendo su valor. No estamos pidiendo volver a la plancha de carbón ni al transporte en burros, pero sí volver a nuestros hogares, a dar valor a lo propio, a lo existente y no vivir esperando lo nuevo, lo desconocido.

Shabat Shalom.
 

jueves, 14 de febrero de 2013

HISTORIAS PARA CONTAR EN SHABAT (XXV): Envia el pan al agua


Un judIo acostumbraba todos los Shabatot antes de la oration de la tarde a escuchar la predica del rabino de la ciudad. Este judio era bastante ignorante, pero intentaba cumplir todos los preceptos al pie de la letra, a pesar de no entender el sentido de le mayoria de los preceptos y la explication de las oraciones.

 Desde el comienzo de la predica hasta el final, el hombre prestaba toda su atencion a cada palabra del rabino.

 En uno de los Shabatot escucho que el rabino menciono en su predica las palabras del rey Shlomo: "Envia el pan sobre las aguas, dentro de un tiempo 10 encontraras" (Eclesiastes 11 — 9)

 Entendio el hombre que el rey Shlomo se refirio literalmente, es decir: hay que tirar pan al agua y luego de un tiempo es posible recuperarlo.

 ¿Que hizo el hombre?

 Le conto a su mujer, el consejo del rabino predicador y le orderno cocinar manjares y hornear varios panes crocantes, para arrojarlos al agua de acuerdo al consejo del hombre mas sabio de la humanidad.

 Se apresuro la mujer, que tambien era muy inocentc e ingenua, a preparar los manjares y los panes, entrcgandolos una vez terminados, a su marido.

 Caloco el hombre 10 preparado por su mujer en una canasta y se dirigio a la costa. Dejo la canasta sobre cl agua y las olas se encargaron de llevar la canasta el interior del mar.

 Asi comenzo a hacer diariamentc, su mujer preparaba panes y comida y cl las traia al mar. Todos los dias encontraba la canasta vacia flotando por las aguas.

 Tenia el hombre una fuerte confianza, que las palabras del rey Shlomo y del rabino eran ciertas y que despues de un breve periodo, se cumpliria le parte final del versiculo: "dentro de un tiempo 10 encontrards" y D-s le enviaria riqueza y abundancia.

En esos dias, un amargo suceso occurio en la corte real de ese pais. Vinieron testigos y acusaron al hijo del rey de un severo crimen, castigado con la pena de muerte. Investigo el rey en persona el asunto y encontro que el testimonio era verdadero.

 No pudo el rey justificar a su hijo y liberarlo del duro castigo, ya que debia juzgarlo objetivamente, de la misma manera que juzgaria a otra persona.

 Por otro lado, el rey que amaba en especial a su hijo, no podía presenciar su muerte y en ese pais habia una ley que el rey en persona debia estar presente y observar la ejecucidn del condenado a muerte.

 Pidid el rey a su Primer Ministro, hacer una exception con su hijo y le ordeno llevarlo a la costa y arrojarlo en la profundidad del mar.

 Tomo el Primer Ministro al principe condenado a muerte y navegaron juntos hasta una solitaria isla. El Primer Ministro decidio dejar al principe en la isla, al no contar con cl coraje de hundirlo y matarlo con sus manos, confiando que D-s LO salve y que no muera en el lugar de hombre a sed.

 Un dia el Primer Ministro debia organizar el casamiento de su hijo y fue a invitar al rey a la fiesta. Le dijo el rey a su ministro, lo siento mucho, pero no podre estar presente debido el pesado luto que llevo por mi hijo.

 Pero de todos modos, intenta convencer a la reina, si ella  acepta participar de la fiesta, yo la acompanare.

El primer ministro se encamino a ver a la reina, para invitarle al casamiento de su hijo.

 La reina se negd a participar de la fiesta, por la misma causa que su esposo, la gran tristeza por la desaparicion de su hijo no le permitiria presenciar ninguna alegria.

 Penso el ministro, en volver al lugar donde dejó al principe, para ver si todavia estaba vivo. Si asi fuera, su alegria seria completa y los monarcas aceptarian participar en el casamiento de su hijo.

 Grande fue su sorpresa al ver que el principe se encontraba sano y salvo, sin que se vea afectado, por lo menos exteriormente por el abandono. Pregunto el ministro: ¿Cómo pudiste sobrevivir sin contar con alimentos?

 — Desde el dia en el que me dejaste en la isla, tuve aprovisionamiento diario de comida — respondio el principe.

 — ,Quien proporciono el suministro? — siguió preguntando.

 
Todos los dias llego un canasto con pan fresco y todo tipo de manjares con los cuales pude deleitarme y sobrevivir — informo el hijo del rey.

 Se alegro mucho el ministro de lo ocurrido y se apresuro informar al rey sobre la buena noticia. Conto el ministro a los monarcas, que en su tiempo no pudo arrojar al joven al agua, para no provocar la muerte directa de vuestro hijo y lo deje en una isla.

 — Viendo la tristeza del rey y le reina, decidi volver a la isla, quizas el principe todavia estaba vivo — siguio con el relato y pude comprobar que gracias a D-s, el principe se encontraba vivo y en buen estado de salud. Conto tambien acerca de la "canasta maravillosa" con la que su hijo se alimento todos los dias de permanencia en la isla.

 Se dirigio el ministro a su casa como una flecha, cambio las ropas del hijo y lo trajo al palacio real. El rey y la reina lo abrazaron, lo besaron y hubo una gran alegria en el reencuentro.

 Despues del reencuentro, el rey mando a investigar quien arroja un canasto con comida al mar. Fue uno de los ministros a la playa y encontro al hombre, que inocentemente dejaba el canasto sobre la superficie del agua.

 Tomo al hombre por sorpresa del brazo y  lo condujo al palacio. Trajo al hombre asustado y tembloroso frente al rey y dijo:

“este es el hombre que arroja diariamente una canasta con panes y comida al mar.

Le pregunto el rey: ¿porque, hijo mio, arrojas tu dinero y "alimentas al mar, diariamente"?

 Contesto el hombre: Sepa Su Excelencia, que escuche del sabio predicador nuestro, que el rey Salomon dijo: "envia tu pan sobre las aguas, dentro de un tiempo lo encontraras." Por eso, desde hace un año dejo diariamente un canasto llena de ricos alimentos y confio que dentro de poco D-s me envie la recompensa como dijo el sabio en su predica.

Al escuchar el rey las palabras del hombre, comprendio con seguridad que gracias a sus envios de alimentos su hijo fue salvado.

 — Las palabras del rey Salomon son muy ciertas — proclamo el rey. Hoy te haras acreedor de gran riqueza y exito, como pago a la comida que diariamente arrojaste al agua.

 Se tranquilizo el hombre al escuchar las palabras del rey. El rey llamo al tesorero y ordeno entregar al hombre, mil monedas de oro con las cuales pueda ser rico y feliz todos sus dias.

 Agradecio el ingenuo judio al rey por el impresionante regalo y agradecio a D-s por todas Sus bondades.

 Al volver a su casa repitio varias veces el versiculo de Eclesiastes: "Envia tu pan sobre las aguas y dentro de un tiempo lo encontraras."

 Fuente: traducido del judeo-arabe del libro "Ohalei Shem" de Rabi Shimshon Maimon.

 

Parashá Shavua: Terumá - (Ofrenda). 7 de Adar I 5773 ( 16 de Febrero de 2013).Enfoques sobre la Parashá

“Habla a los Hijos de Israel, y déjalos tomar para Mí una ofrenda...y déjalos hacerme un Mishkán para que more entre ellos” (Éxodo 25:2-8)


Uno de los objetivos del Mishkán fue permitirle a cada persona sentir la Presencia Divina en su vida personal. Pero, mientras que tratamos de cumplir con el destino religioso de convertirnos en un reino de líderes espirituales para el mundo, y una nación santa, debemos recordar que lo hacemos por motivos puros, y no para obtener gloria personal. Cuando tomamos nuevas responsabilidades en nombre del Honor de Di-s, y no por nuestro propio auto-interés, entonces tendremos el mérito de que Di-s more entre nosotros, y no solo en nuestras sinagogas.

(Rashi)


“Y haz para Mí un Santuario...” (Éxodo 25:8)

Cuando Di-s le dijo a Moshé "Haz para Mí un Santuario", Moshé se estremeció y respondió: "Un hombre no puede hacer una casa para Di-s". Di-s le respondió: "Yo no pido algo acorde a Mi fuerza, sino que pido algo acorde a la fuerza de ellos" (Pesikta). Aprendemos de aquí, que Di-s tiene expectativas razonables. Solo se espera que uno haga de acuerdo al potencial que tiene, y no más. Di-s dice "Abre para Mí [en tu corazón] una apertura del tamaño del agujerito de una aguja, y yo te [lo] abriré como la puerta de un gran salón". Se espera que cada uno estudie Torá de acuerdo a sus habilidades. Similarmente debemos apoyar económicamente "motivos de Torá," cada uno de acuerdo a su capacidad. Una persona rica debe hacer más que un pobre. De todas maneras, una persona más pobre puede cumplir su obligación contribuyendo con un monto relativamente pequeño.

(Jafetz Jaim)


“Y deberás cubrirla con oro puro, por dentro y por fuera...” (Éxodo 25:11)

La característica principal del Mishkán era el Arca Sagrada. Di-s ordenó que haya tres de estas Arcas, cada una mayor que la otra; dos Arcas tenian que ser hechas de oro, y una de madera. La de madera fue puesta entre las dos de oro, quedando completamente rodeada de oro. Esta forma de ordenarlas nos enseña algo a cada uno. Así como el Arca era dorada tanto de afuera como de adentro, así también cada persona debe ser justa y recta "adentro y afuera". Debemos recordar de ser "consistentes," y comportarnos virtuosamente no solo cuando alguien nos observa, sino también en privado, cuando nadie puede vernos.

(Adaptado de Yoma 72b)


“Que (los israelitas) tomen para Mí ofrendas...” (Éxodo 25:1)

"¡Qué casamiento! ¡Qué comida! ¡Qué flores! ¿Te fijaste en el vestido de la madre de la novia? (¿Era de pura seda?)".

"Pero esto no es nada... tendrías que haber venido al casamiento que fui la semana pasada. Resulta que la familia quiso hacer algo realmente fuera de serie, y alquilaron una nave espacial, y la ceremonia se hizo con los novios flotando en el espacio exterior, ¡vestidos de astronautas!"

"¡Guau! ¡Debe haber sido algo impresionante!"

"La verdad que si... pero... ¿qué quieres que te diga? Faltaba algo... "

Todos los preparativos de la boda tienen un solo propósito: darles Simjá al Satán (novio) y la cala (novia). Sin embargo, hay quienes ponen toda la atención en los detalles, y se olvidan de lo esencial. Del mismo modo, este mundo no es más que un salón de fiestas, repleto de comida, y flores, y músicos. Y todo tiene un solo fin. Que se unan el jatán y la kalá. Que el alma del Hombre se una a la de su Creador. Pero hay quienes pasan por la vida como invitados a una fiesta de casamiento, comiendo una pata de pollo por aquí y un pedazo de torta por allá, y no entienden el verdadero propósito de la vida. "Que los israelitas tomen para Mí ofrendas". Que se separen de lo superficial y lo superfluo, y se conecten en forma constante con la esencia. Que se unan permanentemente a la Presencia Divina.

(Adaptado de Deguel Majane Efraim)


"Que (los israelitas) tomen para Mí ofrendas (Éxodo 25:1),

Hay veces en que dar es como recibir. Cuando un hombre se casa con una mujer, le debe entregar algun objeto de valor. Por lo general se emplea un anillo con dicho propósito. La excepción a la regla es cuando el novio es una personalidad importante, que normalmente no recibe regalos. Si la novia le entregara el anillo a él, el casamiento tendría validez, pues ella recibiría el placer de que él acepte el regalo, y eso es como si en verdad el diera y ella recibiera.

"Que los israelitas Me hagan ofrendas". A decir verdad, parecería que la Torá debería haber dicho: "Que los israelitas Me den una ofrenda". Sin embargo, el hecho de que Hashem acepta nuestras ofrendas nos causa más placer que el valor de lo que Le entregamos a Hashem, por lo que, en realidad, somos nosotros los que en verdad recibimos.

(Adaptado del Alshij en Kehilat Itzjak)


"Me construirán un Santuario, y habitaré en su medio..." (Éxodo 25:8)

Existe una relación simbiótica entre el ente y las partes que lo componen.

Ambos deben dar y tomar el uno del otro. Tomemos por ejemplo el cuerpo del hombre. Sin los miembros no puede existir el cuerpo. Los miembros son los componentes del cuerpo. Pero cuando todos los miembros están conectados y la corriente de vida fluye por ellos, el cuerpo adquiere existencia. Dicha existencia es mayor que la suma de las partes que la componen. Y le devuelve a los miembros el poder de vida.

Lo mismo ocurre con la Torá y las mitzvot. La Torá es el cuerpo que comprende a los miembros, las mitzvot. Sin la Torá, las mitzvot no tienen ningún valor, ningún sentido, pues no tendríamos idea de cómo cumplir una sola mitzva siquiera, si la Torá no nos enseña. Pero, por el otro lado, sin las mitzvot, la propia Torá también pierde su valor, pues sin acción, la importancia del estudio pierde toda su grandeza.

"Y Me construirán un Santuario, y habitaré en su medio...". A veces, la Torá menciona la construcción del Mishkán antes que sus vasijas e implementos, y a veces, al revés. Esto viene a enseñarnos que la Torá y las mitzvot son un equipo inseparable. El flujo de influencia corre en ambas direcciones. El uno no puede funcionar sin el otro.

(Adaptado de Rabi S.Y. Zevin, Le Tora U Le Moadim)


"Harán un arca..." (Éxodo 25:10)

En el reino desierto de Mujtar, todo se dio vuelta tras el descubrimiento del petróleo.

El sheik, ansioso de beneficiar a su pueblo, y de paso aumentar su propio prestigio, construyó caminos y hoteles, palacios y aeropuertos. Tenian todo. Todo... menos agua. El unico liquido que abundaba en Mujtar era negro y viscoso. Oro negro... pero imposible de beber.

Fuera de traer un iceberg de la Antártida (idea que aún se hallaba en consideración), todavía nadie había encontrado una solución.

El sheik decidió que viajaría a los EE.UU, porque los EE.UU. eran un pais donde habia soluciones hasta para los que no sabían que tenían problemas. ¡Cuánto más para alguien con un problema que era tan fácil de identificar!

El sheik se hospedó en el Waldorf Astoria cerca de una semana. Cuando llegó el momento de partir, llamó al botones para que le bajara el equipaje. Al abrir la puerta de la suite del sheik, el botones se quedó helado.

Allí, en medio de la habitación, habia un gigantesco cofre. Imposible de cargarlo él solo, dio la media vuelta y fue a buscar refuerzos.

Finalmente, hicieron falta seis changadores robustos y un camión para llevar el cofre al aeropuerto Kennedy.

En la era del equipaje a rueditas, el cofre del sheik parecía un anacronismo total. Y, como era de esperar, llamó la atencion del oficial de aduanas.

"¡Buen dia! Dígame, por favor... ¿qué es lo que lleva en este cofre?"

"No es nada, oficial, solamente unos cuantos regalos para los que me esperan en mi pais".

"Aja... ¿podría abrirlo, si no es molestia?"

"Esto es absolutamente innecesario, porq..."

"POR FAVOR abra el cofre"

Al abrirse la tapa del cofre, el oficial de aduanas se quedó como congelado.

Todo el cofre estaba repleto de canillas, canillas de todos los tipos y de todas las formas, de acero inoxidable, de cobre, antiguas, modernas... Canillas, canillas, y más canillas.

"¿Sabe lo que pasa? Lo que ocurre es que en mi país no tenemos agua. El primer día que pase en este país, fui a la cocina y abrí una de estas cosas, y, milagro de milagros, ¡empezó a salir agua! Por eso, ahora le llevó a mi pueblo este invento brillante. Ustedes, los occidentales, tienen cada invento... No se puede negar que tienen cabeza".

Hashem le dijo a Moshé que fuera a decirle a Betzalel "Haz para Mí un Mishkán (un Santuario), un Arón (arca sagrada) y kelim (las demás vasijas del Santuario). Cuando Moshé le dijo a Betzalel, alteró el orden y dijo que construyera el Arón, las kelim y el Mishkán.

Betzalel le dijo a Moshé: "Moshé Rabenu, lo lógico es que primero se construya la casa, y luego se la adorne. Me estás diciendo que primero construya los adornos, las vasijas, pero ¿dóonde los voy a poner?"

¿Por qué Moshé cambió el orden?

Moshé no le estaba dando a Betzalel instrucciones de construcción. No le estaba hablando como un arquitecto habla con el que va a construir la casa. Moshé estaba hablando en términos conceptuales, enfatizando lo que era la esencia y el propósito del Mishkán. El Arón era la pieza clave del Mishkán. La palabra "Arón" proviene de la palabra "Or", luz en hebreo. El Arón era la luz del Mishkán, pues contenía a la sagrada Torá, que es la luz del mundo. Sin el Arón, el Mishkán habría sido una mera cubierta, una "canilla seca", sin el agua viva de la Torá Sagrada.

(Talmud, Berajot 55a; Rabenu Bejaie; Rabi Uziel Milevsky z''l)

Shabat Shalom.

jueves, 7 de febrero de 2013

HISTORIAS PARA CONTAR EN SHABAT (XXIV): Su misericordia en todas sus actos



Hace unos cien anos, vivio en Marrueros un anciano judio llamado Rabi Shlomd Bojbot.
Era muy justo y piadoso y tenia la costumbre de ayunar los liines y jueves (dias en los que se lee la Tora en las sinagogas) en las semanas "shobabim" (semanas en las cuales se leen las parshiot semanales de Shemot, Vaera, Bo, Beshalaj, Itro,Mishpatim y que de acuerdo a la Cabala, es una epoca especial para el arrepentimiento y la penitencia.
Durante los dias de ayuno, se sentaba y estudiaba Tord dia y noche, Tanaj, Talmud y Zohar. Conducta semejante le otorgo un espiritu de santidad y pureza, adquiriendo renombre como persona santa y piadosa.
En esos dias, la situation de los judios en Marruecos era dificil. Todo nuevo rey o tirano gobernaba sobre los judios con crueldad y el populacho no se abstenia de colocar su cuota de antisemitismo.
De vez en cuando se producian ataques a los judios, robos y saqueos a sus casas y negocios, llegando muchas veces, en estas ocasiones al asesinato.
En la semana, en la cual se leia parashat Mishpatim, ayuno Rabi Shlomo de acuerdo a su vieja costumbre.
En el transcurso de la manana del jueves, una nueva y gran rencilla se desato entre arabes y judios. Los judios emprendieron la fuga a las cavernas, que se encontraban en las afueras de la ciudad para ponerse a salvo, habiendo aquellos que prefirieron luchar por su vida con palos y piedras contra los arabes que los acechaban.
Rabi Shlomo, a pesar de estar debilitado por el ayuno intento ayudar a sus hermanos judios, en la desesperada y desigual lucha.
Persiguiendo a un arabe que quiso saquear el negocio de un judio, elevo sus ojos y vio que tres arabes armados hasta los dientes se aproximaban.
Cuando solo faltaba un instante para ser alcanzado, uno de los arabes tropezo con una piedra y sus companeros debieron ayudarlo a levantarse. Rabi Shlomo aprovecho para huir a una cueva cercana.
Al intentar ingresar a la cueva fue sorprendido por un leon, que obstruia la entrada con una pata levantada. Sin temor, se allego Rabi Shlomo y entendio su mensaje, una espina habia ingresado en la pata del leon.
Se apresuro Rabi Shlomo a aliviar el sufrimiento del animal y rapidamente recibio su recompensa. El felino se retiro a un costado para permitirle ingresar al interior y se establecio luego en la entrada de la caverna como fiel centinela.
Rabi Shlomo se sento en la caverna y empezo a recitar el libro de Salmos, que conocia de memoria. En las primeras horas de la noche, se apaciguaron los animos en la ciudad y los judios pudieron rctornar a sus moradas.
Los parientes de Rabi Shlomo, al ver que no retornaba empezaron a temcr que fue asesinado en el pogrom. Despues de una busqueda infructuosa de varias horas, salieron de la ciudad en direction a las cavernas y empezaron a rastrear una por una, quizas fue asesinado por los cruclcs musulmanes y arrojado su cuerpo a una de las cuevas.
Empezaron a gritarcon todas sus fuerzas: Rabi Shlomo, Rabi Shlomo... En un principio no hubo respuestas, mas al acercarse a la cueva en la que Rabi Shlomo se hallaba, cscucharon el eco que traia la voz del rabino.
Observaron de lejos temiendo acercarse a la cueva con el leon en la entrada y volvieron a gritar: "Rabi Shlomo, ¿donde te encuentras?"
Salio Rabi Shlomo de la cueva, luego que el leon le hizo lugar, con un radiante semblante. En el camino conto a sus familiares lo sucedido y agradecio a D-s por la maravillosa salvacion.
Una gran fiesta, le fue organizada para festejar su salvacion de los arabes y del leon, en la que participaron todos los rabinos y personas importantes de la ciudad.
"Su misericordia en todos Sus actos" — clamaron los presentes.
Desde ese dia agregaron a su nombre el carinoso apodo: Rabi Shlomo Haarie (el leon) en recuerdo al milagro del leon.



Shabat Shekalim. 29 de Shevat 5773 (9 de Febrero de 2013). Sabía usted que...

Este sábado se denomina Shabat Shekalim, porque se lee la sección que trata acerca de la donación del medio Shekel (ciclo de plata) que debían aportar los varones mayores de veinte años. Dicho dinero era utilizado para la manutención del templo (Shmot 30:11-30:16).
Shekalim se lee al sábado anterior a Rosh Jodesh Adar y si Rosh Jodesh cae sábado, se leerá la sección ese mismo día.

• Hay cuatro sábados al año, en los cuales no tiene ninguna relación directa con fiesta alguna, pero se sacan dos rollos de la Torá y, si alguno de ellos coincide con el día de Rosh Jodesh, se saca un tercero.

• En estos cuatro sábados se llamará a 7 personas a leer la Parashá de la Semana , y el octavo leerá Maftir en el segundo libro, siendo la Haftará adecuada al tema de lo leído en el segundo libro.

En el primero de estos sábados especiales, Parashá “Shekalim”, se lee Maftir en “Ki tiza”(Shemot 32), cuyo tema versa en “Majatzit Hashekel” (El medio del Shekel, moneda que se donaba para ofrendar sacrificios al Templo) .

 
¿Por qué la Lectura de la Parasha Shekalim?

El Shabat anterior al día de Rosh Jodesh de Adar (comienzo del mes de Adar) se conoce con el nombre de Shabat Shekalim, pues además de la Parashá semanal, en él debe ser leído un pasaje que se encuentra al comienzo de la Parashá Ki Tisa (Shemot – Éxodo – 30:11-16). Si Rosh Jodesh Adar cae en Shabat, entonces este sábado es el Shabat Shekalim).

Nuestros sabios instituyeron esta lectura especial en recuerdo a la Mitzvá Majatzit hashekél. El Majatzit hashekél era una moneda equivalente a medio siclo de plata (esto equivale a 10 gramos aprox. De plata pura), que los hijos de Israel estaban obligados a donar todos los años en el mes de Adar, para que con ese dinero sea comprado el Korban hatamid, es decir, los animales que servirían para la realización del sacrificio diario.

A partir del mes de Nisan se debían sacrificar sobre el altar, animales que hayan sido comprados con la nueva donación, y es por eso que un mes antes, es decir al comenzar el mes de Adar, se le recordaba al pueblo que vayan preparando el Majatzit hashekel. Es por eso que a pesar de que el Templo de Jerusalén no estaba construido, de todas formas, nuestros sabios han decretado que se debe leer Parashá Shekalim para recordar todo lo explicado.
 

Parashá Shavua: Mishpatim - (Leyes). 29 de Shevat 5773 (9 de Febrero de 2013).Enfoques sobre la Parashá

"...y estos son los estatutos...." (Éxodo 23:9)

Rashi explica que la razón por la cual la parashá comienza con "Y estos...", y no con "Estos...", es para conectar la parashá de esta semana con la pasada. Así como las leyes de la relación entre el hombre y Di-s vienen de Sinai, así también las leyes de justicia social vienen de Sinai. El resto del mundo civilizado también legisla la justicia social, pero la diferencia entre sus decretos y el Judaísmo, es la pequeña palabra en el comienzo de nuestra parashá. En el Judaísmo, aun las leyes de justicia social son por mandato Divino del Sinai, mientras que en el resto del mundo, están basadas en civilización y pragmatismo.

Ninguna sociedad puede existir sin algún código de aceptable comportamiento, pero la diferencia entre la Torá y cualquier otro sistema de leyes es enorme y fundamental. Ninguna ley hecha por el hombre puede abarcar y entender el funcionamiento de los deseos del Yetzer Hará.

En tiempos de pruebas, estas leyes se "pierden en el camino". Ríos de sangre se han desparramado en asesinatos y guerras en todas las áreas, incluyendo la nuestra, siendo que el hecho de "No matarás" es una norma universalmente aceptada. De todas maneras, para el judío, el imperativo esencial en las leyes de conducta social, no es moral, pragmático o cultural, sino que es la Voluntad de Di-s, no siendo menos que Tefilín o Kashrut. Esto es lo que da a los códigos de justicia social de la Torá, poder y durabilidad miles de años después de su institución.

(Adaptado del Rab Shlomó Yosef Zefin)

"No oprimas a un extraño (converso)... porque fueron extraños en Egipto" (Éxodo- 23:9)

No hay que explicar estas palabras de acuerdo a su simple significado: la razón por la cual no debemos oprimir al extraño es porque nosotros mismos conocemos el sabor de la opresión y la aflicción; sino que debemos saber que la obligación del hombre es sentir cada simjá y desgracia que ocurre con el prójimo como si ocurriría con el mismo. La Torá nos enseña a "Amar a tu prójimo como a ti mismo", literalmente como a ti mismo. No es suficiente solo conectarse uno mismo con aquellos que están alrededor de uno, sino que una persona debe verse a sí mismo y a sus prójimos sin ninguna separación en absoluto: él y ellos están exactamente en el mismo lugar.

(El Alter de Slabodka)

"...Y todo lo que el pueblo dijo `Todo lo que Di-s ha hablado haremos y escucharemos'" (Éxodo 24:7).

"En el momento que el Pueblo Judío contestó `haremos y escucharemos', 600.000 ángeles descendieron y coronaron a cada Judío con dos coronas, una por `haremos' y otra por `escucharemos'" (Talmud Shabat 88a)

Mediante la aceptación de la Torá sin haberla visto, uno puede entender por qué el Pueblo Judío merecía una corona preciosa por su compromiso incondicional a someterse totalmente a la voluntad de Di-s con perfecta fe. Pero, ¿cuál fue el significado de la corona para `escucharemos'? ¿No fue esto una secuela inevitable del compromiso hecho? Obviamente en función de hacer, ellos tenían que saber cuál era la demanda. ¿Cuál es el verdadero significado de esta segunda corona, y qué nos enseña? El hombre es alguien que camina, siendo lo opuesto a los ángeles que están siempre parados. El hombre, por su propia naturaleza, debe constantemente buscar perfeccionarse a si mismo. Cuando no asciende, esta necesariamente descendiendo. Uno crece o se estanca, no hay punto medio. La vida es como una escalera mecánica que baja. Si uno se queda parado, baja. Si uno camina, se queda en el mismo lugar. Solo si uno hace el esfuerzo adicional de correr, ascenderá. Este es el significado de la segunda corona, el Pueblo Judío aceptó sobre él para todos los tiempos, para estar siempre listo a escuchar. Para estar constantemente abierto a aprender más en función de elevarse a sí mismo, escalón a escalón, hacia el cumplimiento del potencial más alto de Torá que cada uno de nosotros posee.

(Adaptado de Rabi Zev Leff)

"Si encuentras el buey de tu enemigo o a su asno que se ha extraviado, se los devolverás..." (Éxodo 23:4)

Vivimos en una era en que resulta muy difícil hallar alguien verdaderamente ateo. Habia una vez un joven judío proveniente de un shtetl (pueblo), que había tomado la decisión de ser un apikorus (ateo). Viajó a la ciudad de Odessa con la esperanza de encontrarse con Yosel el apikorus, ateo de gran renombre. Al arribar a la gran ciudad, pidió que lo condujeran a la casa de Yosel el apikorus, y pronto se encontró a sí mismo parado frente a la puerta de aquel hombre famoso. A través de la puerta alcanzó a oír la tan familiar melodía del estudio de la Guemará. Golpeó a la puerta, y de repente cesó la melodía. "¡Entre, nomás!" , oyó que llamaban. Con gran cautela abrió la puerta, y allí, sentado frente a él, halló a un anciano judío de larga barba blanca y peiot. "Disculpe que lo moleste, pero busco a Yosel el apikorus". El anciano judío hizo una pausa, lo miró, y le dijo: "Pues lo ha encontrado. Yo soy Yosel el apikorus". "Pero... ¿y la barba, los peiot, la Guemará?". Yosel le respondió: "Yo soy Yosel el apikorus, no Yosel el ignorante".

Hoy en día es muy difícil encontrar un auténtico ateo con credenciales de identificación. Son una especie en extinción, puesto que la mayoría de la gente en realidad no sabe que es aquello en lo que no cree. Nuestras dudas no se basan en el conocimiento; somos como extranjeros en una tierra extraña, iletrados en nuestro propio legado. Mohamed nos llamó "el pueblo del Libro". El problema es que la mayoría de nosotros ya no sabe leer el Libro, y mucho menos entenderlo. Somos como ovejas que se alejaron tanto de su casa, que hasta se olvidaron de que la casa sigue existiendo.

"Si encuentras al buey de tu enemigo o a su asno que se ha extraviado, se los devolverás". Si la Torá demuestra tanto interés por el bienestar de la propiedad de una persona, ordenándonos que hagamos todo lo posible por devolverle su propiedad, aunque tengamos que hacerlo cien veces, ciertamente que mucho más debemos interesarnos por devolver a una persona a sí misma, tratando de alcanzar a nuestros hermanos y hermanas que han perdido su identidad de judíos, mostrándoles la belleza y la profundidad de la Torá.

En nuestros días, en que tantos judíos van como ovejas perdidas en un desierto espiritual, en que no tenemos idea de cómo regresar a nuestra casa, y hasta ya nos olvidamos de que alguna vez hubo una casa, es una mitzvá extraordinaria ser el pastor que guíe a los perdidos por el sendero que ha de conducirlos de regreso a la luz de la conciencia judía.

(Basado en el Jafetz Jaim y, Rabí Nota Schiller)

"Si alguien robara un buey o un cordero o cabra, y lo sacrificare o vendiere, pagará cinco vacunos por el buey y cuatro por el cordero" (Éxodo 21:37)

El ser humano es una criatura de enorme sensibilidad, que se ofende y avergüenza con gran facilidad. Inconscientemente, se puede causar a sí mismo heridas emocionales muy profundas. Pero también, por la ironía de la vida, precisamente aquello que él piensa que es la cura para sus males, puede ser el veneno emocional que le está haciendo daño...

En la parashá de esta semana aparece una Halajá que, a primera vista, resulta muy sorprendente: la persona que roba un buey debe pagar con cinco bueyes, pero el que roba una oveja solo debe pagar con cuatro ovejas.

Nuestros Sabios nos enseñan que la Torá se interesa hasta por la dignidad del ladrón: la persona que roba una oveja debe cargarla sobre sus espaldas, lo cual dista de ser algo digno, y por eso, si lo detienen, debe pagar solamente cuatro ovejas, mientras que quien roba un buey simplemente lleva al animal de una soga, lo cual no es avergonzante, y por eso su penalidad es mayor. Por lo tanto, se deduce que su humillación no es algo abstracto, sino que es algo tan importante que se lo puede contar en términos de dinero. Es un poco raro, porque si de veras el ladrón siente tanta vergüenza, ¿por qué habría de robar? Por otra parte, si nos acercáramos al ladrón en la escena del crimen, y le comentáramos nuestra opinión de que debe estar sintiendo un gran bochorno, seguramente respondería: "Pero ¿qué dice? ¡Me estoy por escapar con esta oveja, que vale un montón de dinero!".

Aun así, la Torá, que percibe hasta los niveles más profundos de la psiquis del individuo, nos dice que el ladrón en realidad esta sufriendo una humillación tremenda, equivalente al pago de dinero. Si no fuera así, ¿por qué la reducción del castigo? La verdad es que, al momento del robo, el ladrón si siente una humillación tremenda. Siente su inferioridad. Experimenta un trauma emocional enorme, y aun así no tiene idea de por que se siente así. Por eso sigue robando y se causa más y más angustia emocional, pensando que con otro "trabajito" saldrá de este pozo emocional. Y así el círculo vicioso se repite una y otra vez, hundiéndolo cada vez más. Únicamente quien cumple con la Torá puede ser realmente feliz en este mundo, pues sabe que el Creador conoce la verdadera naturaleza de Sus creaciones, y solo Él sabe que lo hace feliz, y que lo pone triste. Únicamente Hashem sabe de qué actos debe alejarse el individuo, y qué actos debe llevar a cabo a fin de vivir una vida feliz, plena y llena de logros.

(Adaptado del Jidushei Halev)

"La aparición de la gloria de Hashem fue como un fuego que consume..." (Éxodo 24:17)

¿Cómo puedo saber si Hashem esta contento conmigo? ¿Cómo sé si lo que hago en mi servicio del Creador es tal como Él quiere que sea? A partir de este versículo podemos discernir un poderoso indicador del modo en que Hashem percibe nuestro servicio. Para comprobar si la "aparición de la gloria de Hashem" esta presente en nuestro servicio del Creador, debemos saber que el deseo de servir a Hashem "como un fuego que consume", con un poderoso entusiasmo y un profundo amor hacia Él, es señal de que Hashem acepta nuestro servicio, pues dichos sentimientos fueron implantados en nuestros corazones desde el Cielo y por lo tanto, son señal inequívoca de que nuestro servicio es aceptado de un modo favorable.

(Kedushat ha Levi)

"Subieron Moshe, Aharón, Nadav y Avihu y setenta de los ancianos de Israel. Ellos vieron al Di-s de Israel, y bajo Sus pies habia la semejanza de un ladrillo de zafiro, y su pureza era como la esencia de los Cielos" (Éxodo 24:9,10)

Querido diario:

Ayer me pasó algo muy raro.

Ayer era Simjat Torá (la fiesta en que nos regocijamos junto con la Torá).

Tal como se dieron las cosas, termine celebrando la fiesta en Tikvat Sión, una ciudad israelí típicamente corriente...

Las descascaradas fachadas grises atestiguan que esta ciudad no ha de convertirse en otra pequeña New York, o en otra Tel Aviv.

Sea como fuere, ayer me dirigí hacia la sinagoga municipal de la ciudad para celebrar Simjat Torá. La verdad es que no habia mucha gente. No es una ciudad religiosa. A decir verdad, la mayoría de los que allí habia rondaban cerca de los setenta y ochenta años. Y la mayoría habia venido a Israel después de la guerra. La mayor parte habia estado en los campos de concentración.

El motivo por el cual escribo todo esto es porque allí ocurrió algo muy pero muy raro.

Todos estaban bailando con los Sifré Torá (Rollos de la Torá), como en cualquier Simjat Torá, cantando y bailando y haciendo mucho ruido. Brindando "lejaim"... Y de pronto, cesó el cantar y el bailar. Todos se quedaron mudos. La sinagoga en silencio.

Uno de los viejitos fue detrás del Arca sagrada. Y sacó una tabla de madera de cerca de un metro y medio de largo y la puso en el suelo en medio de la sinagoga.

Lentamente, como si hubieran sido convocados a cierto rito atávico, todos los ancianos miembros de la sinagoga les entregaron sus rollos de Torá a los jóvenes, y silenciosamente comenzaron a dar vueltas alrededor de la tabla que habia en el suelo. Una vuelta y otra vuelta más. Silencio absoluto.

Todo finalizó en cuestión de minutos. De la misma forma mecánica en que habia comenzado, así terminó. La sinagoga retornó a la típica escena de Simjat Torá, como si no hubiera pasado nada. Los niños en los hombros de los padres, agitando banderas, cantando y bailando...

Cuando el hombre que había sacado la tabla volvió a salir de detrás del Arca Sagrada, tras devolverla a su sitio, le pregunté que era lo que acababa de presenciar. Y esto fue lo que me dijo:

"En la guerra, estuvimos todos juntos en el mismo campo de concentración. Por milagro, alguien logro entrar de contrabando un Séfer Torá. Era justo antes de Simjat Torá. Teníamos muchísimo miedo de que lo encontraran los Nazis, imaj shemam. Por eso levantamos el suelo de madera y lo escondimos debajo de las tablas del piso. Cuando llegó Simjat Torá, los Nazis estaban por todas partes; deben haber sabido que estaba por pasar algo. No podíamos de ninguna forma arriesgarnos a sacar la Torá de su escondite, y, además, teníamos miedo de que el guardia nos oyera si hacíamos mucho ruido. Así que simplemente nos pusimos a dar vueltas y más vueltas alrededor del sitio donde estaba oculta la Torá. Una vez entraron. Y nosotros hicimos como si estuviéramos yendo a las literas o a la puerta, hasta que se fueron, y entonces seguimos dando vueltas.

Por eso, ahora, cada año, conmemoramos aquel Simjat Torá del campo de concentración tal como acaba de ver.

Al final de la parashá de esta semana, la Torá describe un ladrillo de zafiro. En la época en que el pueblo judío fue esclavo, ese ladrillo se encontraba delante de Hashem.

Ese ladrillo era un recordatorio del sufrimiento que pasaron cuando construyeron las ciudades tesoro de Egipto con ladrillos de mortero.

La "esencia de los cielos" se refiere a la luz y la alegría ante Hashem que hubo cuando fueron redimidos.

Cada vez que la Torá describe los rasgos de Hashem, es para que tratemos de imitarlos.

Inclusive cuando se reveló la "esencia de los Cielos”, inclusive en la luz y la alegría de la redención, "el ladrillo de zafiro" del sufrimiento seguía presente.

Al acordarnos de nuestro sufrimiento en el pico de nuestra alegría, percibimos una dimensión absolutamente nueva de la felicidad. Y así podemos comprender a un nivel más profundo todo el bien que el Todopoderoso nos concede, y agradecerle con todo el corazón.

(Rashi, Rabí Ierujam Levovitz, Zale Newman, Moshe Averick)