jueves, 31 de enero de 2013

HISTORIAS PARA CONTAR EN SHABAT (XXIII): El hombre debe ser optimista

En una ciudad vivía una acaudalada persona, muy honrada por sus amigos. Este hombre tenía dos hijos.
Los hijos, comían y bebían en exceso y despilfarraban el dinero de su padre en cosas superfluas, sin preocuparse por mantenerse a sí mismos.
Así se siguieron comportando incluso, cuando dejaron la adolescencia y se convirtieron en adultos.
Hijos únicos de padre y madre que los mimaron en demasía e inmediatamente satisfacían todos sus pedidos.
Un día, cuando el padre observo que se acercaba a la edad de  setenta años pensó: ¿que pasara después de mi muerte? ¿Cómo se mantendrán mis hijos?
Llamó el padre a sus hijos y les dijo: el final de mis días se acerca y a pesar de mi gran riqueza, esta no es estática, lo mismo que la situación económica y no sé como evolucionaran los acontecimientos.
 
Hizo el padre una pequeña interrupción en sus palabras y continúo: Por lo tanto, les propongo que no se apoyen en mi ayuda toda la vida y empiecen a trabajar. El ocio es muy contraproducente y lleva al pecado y al aburrimiento. Yo les entregare a cada uno, una importante suma de dinero y ustedes busquen un trabajo apropiado.
Todos los gastos, como alquiler de negocio, etc. correrán a mi cuenta. El capital que ganen será por completo de ustedes, pero durante un tiempo no toquen al capital, ni a las ganancias acumuladas y así podrán llegar al nivel económico que yo llegue.
Lo único que les pido, que una vez por semana me envíen un informe sobre todas las actividades comerciales de la semana.
Respetaron los hijos la voluntad de su padre, recibieron de  él, el dinero prometido y salieron a buscar un negocio apropiado.
Luego de búsquedas y averiguaciones, decidieron que el negocio más apropiado, es el comercio de frutas y verduras. En este negocio se podía obtener una buena ganancia y se trataba de un artículo que todos debían comprar.
Como su padre, los hermanos tenían un amplio sentido comercial, y se aconsejaron con comerciantes del ramo que convenía comprar.
Uno de los vendedores les aconsejó comprar una gran partida de manzanas, que en esa época estaban muy baratas y dentro dos semanas estaban destinadas a encarecerse mucho.
Compraron doscientos kilos de manzanas y las conservaron en el negocio, vendiendo entre tanto otras frutas y verduras.
En esos días no existía la posibilidad de almacenar gran cantidad de frutas en depósitos frigoríficos, de manera tal que los comerciantes que poseían gran cantidad de frutas o verduras se veían obligados a venderlos a un bajo precio, antes que se pudran.
Al fin de la primer semana de trabajo fueron llamados por su padre y pregunto al hijo mayor en que se ocuparon durante la semana.
Comencé a vender frutas y verduras con una ganancia de cien Francos — respondió el hijo.
Saco el padre de su bolsillo cien francos y se los entrego a su  hijo mayor y de la misma manera hizo con su hijo menor.
En la segunda semana pensaron vender las manzanas, pero estas empezaron a pudrirse y no encontraron clientes. Perdieron esa semana los hermanos una suma considerable. El primogénito recibid la perdida duramente y se sintió deprimido. En cambio el hermano menor no se preocupó, siendo consciente que así es el comercio, a veces se gana y a veces se pierde y confió que a largo plazo el éxito los acompañara.
Al terminar la segunda semana, se presentaron los hijos delante de su padre, el padre pregunto según su costumbre al hijo mayor por el resultado de la semana.
Fue muy malo contesto el hijo, perdí esta semana ciento cincuenta Francos, estoy desesperanzado y muy desilusionado, no sé si seguiré trabajando y sacó de su bolsillo ciento cincuenta Francos y los entrego a su padre. Se dirigió el padre a su segundo hijo y formuló la misma pregunta.
No fue tan buena como la semana pasada — respondió el hijo, sin mencionar la perdida.
_  ¿Cómo fue la semana pasada? — Volvió a preguntar el padre — Gane cien francos — fue la respuesta.
Saco el padre cien francos de su bolsillo y se los entrego a su hijo menor. Se sorprendió el primogénito por la discriminación que veía y le pregunto cortésmente a su padre cual era el motivo de su acciones.
La respuesta del padre fue: tu hermano no se quejó, ni expresó que perdió durante la semana, solo dio a entender que la semana no fue tan exitosa como la semana anterior, por lo tanto le entregue la cantidad de dinero que mencionó que ganó la semana anterior.
Tu en cambio, hijo mío, hablaste explícitamente sobre el fracaso de la semana, que estas desesperanzado y no sabes si continuaras trabajando. Por eso exigí, que me entregues el dinero que perdiste según lo convenido.
De esto quiero que aprendas la lección, hijo mío: Recordar las palabras de nuestros sabios: "Que siempre comience el hombre con las cosas positivas."
No le abras la boca a Satán — concluyó el padre sus palabras de reprimenda, acostúmbrate a decir siempre: "También esto es para bien" y el bien llegara con la ayuda Divina.
Sea Su voluntad que el bien y Su bondad te persigan toda la vida.

Parashá Shavua: (Itró - Jetró). 22 de Shevat 5773 ( 2 de Febrero de 2013). Itro su consejo a Moshé


Itro aconsejó a Moshé, y su nombre se eternizó en la Torá, es por ello que una sección de la Torá, lleva su nombre. Gracias a su consejo Moshé no desfallecería, ni tampoco el pueblo que estaba con él.

¿Cuál fue el consejo?

Itro vio que Moshé atendía solo al pueblo, desde la mañana a la noche y le aconsejó que nombrase ayudantes, y que cada uno de ellos fuese encargado de un número de personas, de diez, de cincuenta, de cien y de miles, ellos se ocuparían de sus problemas y de encontrar las soluciones. Las cuestiones difíciles, la remitirían a Moshé, pero todo asunto pequeño lo resolverían ellos mismos “(Shemot, 18:27).

Parece ser que Itro es un asesor exitoso y nada más, un visitante extranjero que supo identificar un problema técnico y proporcionar un buen asesoramiento. Itro se merece alabanzas por su sagacidad, pero no logramos entender porque la Torá se explaya tanto en la conversación entre Moshé e Itro.

El Netziv, Rabí Naftali Iehuda Berlín, en su comentario, HaAmek Davar a la Torá, nos revela un punto importante. Marchando a la luz de su comentario, descubrimos que detrás del consejo de Itro se esconde toda una revolución en lo referente al liderazgo de Moshé. Itro se dio cuenta que el pueblo pide la ayuda de Moshé, no solo para solucionar un pleito, que se despertó entre litigantes, y por eso le pregunta “¿Porqué… todo el pueblo permanece parado alrededor tuyo, desde la mañana a la tarde “? (idem, idem: 14).

Moshé le contesta que su encuentro con el pueblo es en tres niveles. “Porque el pueblo viene a consultar a D-s” (ídem, ídem, 15).

En una situación de angustia, la persona viene a preguntar al profeta que sucederá. Cuando hay un enfermo en la familia, los parientes quieren consultar a HaShem, para saber si el enfermo vivirá o por el contrario fallecerá. Si se le perdió algo, llega a consultar D-s, para que con la ayuda del Maestro Moshé, puedan encontrarlo.

Rivka, fue a preguntar por su embarazo (Bereshit, 25:22), y el Rey Shaul, preguntó por sus asnos perdidos (Shmuel 1, cap. 9)

“Y yo Juzgó entre el uno y el otro”. Más allá de la consulta a D-s a través de Moshé, también le piden que juzgue al pueblo. ”Y les doy a conocer los estatutos de D-s y Sus leyes” (idem, ídem; 16). Moshé, le enseña la Torá a todo el pueblo.

Se acostumbra a pensar que el consejo de Itro se reduce al nombramiento de jueces que ayuden a Moshé para aliviar su carga pero el Netziv, pensaba que esto era secundario.

Itro le dice Moshé, nuestro Maestro, “Ahora, pues oye la voz de mi consejo…. se tu, el representante del pueblo delante de D-s, para que traigas sus razones a HaShem“(ídem, ídem: 19).

A primera vista eso era lo que Moshé hizo hasta ahora. Contestaba a las personas que llegaban a consultar a D-s. Pero en realidad hay una diferencia entre la concepción de Moshé y la de Itro sobre la consulta del pueblo a D-s.

Moshé ve su función en transmitir al pueblo la respuesta de D-s, a sus distintas angustias e inquietudes. Itro piensa que la persona que se apersona a Moshé, no espera que su Maestro le responda en nombre de D-s, el desea que Moshé, su Maestro, lo represente ante D-s, que interceda por él, que Le ruegue, y suplique hasta que se solucione su problema.

Itro, aconseja a Moshé que cambie de bando. En vez de ser un emisario de D-s, para responder a los pedidos del pueblo, desde ahora será enviado del pueblo, cuando se dirija a D-s.” Se tu representante del pueblo delante de D-s, para que traigas sus razones a D-s” (ídem, ídem: 19)

Con este consejo, Itro, no alivia la carga de Moshé, por el contrario, deposita sobre sus hombros una carga pesada. Responder en nombre de D-s, como hizo hasta ahora, es rutina. Ahora debe rezar y suplicar por cada uno de Israel, lo que seguramente le tomará largas horas y un esfuerzo espiritual gigantesco.

Itro, quien fuera sacerdote de Midian, y que probo todos los credos de su época, eligió convertirse al Judaísmo, por la calidad de la Fe judía, por la posibilidad de cambiar el mundo, y presentarse ante D-s para defender a Su pueblo, pudo aconsejar a Moshé, nuestro Maestro, y el más grande de nuestros Profetas.

jueves, 24 de enero de 2013

HISTORIAS PARA CONTAR EN SHABAT (XXII): La sabiduría de un niño

Esto ocurrió en la ciudad de Vilna antes de haber sido estructurada totalmente.
El rey vio en ese sitio, el lugar apropiado para construir su ciudad.
Pero antes de hacer nada envió a llamar a los sacerdotes y astrólogos para preguntarles que será de esta ciudad en el futuro, si prosperará.
Le respondieron de acuerdo a lo que les dijeron sus dioses, que la ciudad prosperará, si se estructura sobre la base de un hijo único que será enterrado allí con vida.
Y con la condición que lo entregue su madre como sacrificio voluntario y alma plena para este fin.
El rey ordenó hacer correr la voz en todas las provincias de su reinado, para hallar a una voluntaria que desee donar a su hijo para estructurar sobre él la ciudad, "pues esto salió de boca de nuestros dioses".
Pasaron varios días y no hallaban a una madre que posea un hijo único y pretenda darlo de voluntad para el fin requerido.
Pero finalmente, llegó una señora que venía de los confines del reinado con su hijo único de doce años de edad, y estaba dispuesta a donarlo para cumplir con lo que predijeron los sacerdotes y astrólogos para que la ciudad que allí se construirá prospere.
Entonces fijaron una fecha para la ceremonia que se realizaría en medio de una gran fiesta.
Mucha gente llegó al lugar para contemplar el sacrificio del hijo único para que la ciudad prospere.
Y también vinieron los principales gobernantes y príncipes de la nación.
Y fue en el preciso instante en el que el niño estaba siendo preparado para cumplir con lo ordenado por los astrólogos y sacerdotes, que este se dirigió al rey y le comunicó: "señor rey, yo no creo que esta cosa mala que se disponen a realizar sea la voluntad del dios.
Pero tus astrólogos dijeron que eso vieron. Yo quiero demostrar según un razonamiento lógico y de justicia que tus astrólogos no comprendieron bien la voluntad del dios y se equivocaron en la interpretación.
Por eso te solicito que me permitas realizarles tres preguntas a los sacerdotes que miran en las estrellas.
Y será que si logran responder con sabiduría mis preguntas, y hallan la solución para ellas, a pesar que soy joven, aceptaré que comprendieron la voluntad del dios y cumpliré con lo ordenado en silencio y sin protestar".
El rey respondió: "Que se haga como dijiste".
El joven se dirigió a los sacerdotes que miran en las estrellas y les formuló las siguientes preguntas:

1- ¿Qué es lo más liviano de la tierra?
2- ¿Qué es lo más dulce que se halla sobre la faz de la tierra?
3- ¿Qué es lo más pesado?

Los sacerdotes que miran en las estrellas meditaron, discutieron sobre la probable solución y nadie sabía lo que decían porque lo hacían entre ellos sin emitir voces audibles para el público presente.
Finalmente respondieron y dijeron: "Lo más liviano de la tierra es la pluma, lo más dulce, la miel y lo más pesado, la roca".
Y cuando concluyeron, miraron hacia el público con mostrándose como triunfantes.
Y todos los presentes creyeron que los sacerdotes que miran en las estrellas respondieron con sabiduría y de manera acertada las preguntas del niño.
El rey entonces preguntó al muchacho: "¿Qué piensas sobre las respuestas?".
Y el joven respondió con una sonrisa en su rostro: "Tus sacerdotes no comprendieron mis preguntas, y no hallaron a las mismas respuesta.
A pesar que yo, quién habla soy solo un muchacho, ¿cómo entendieron las palabras del dios y su voluntad?.
Si yo no soy ningún torpe como para preguntar de una persona sabia cosas que se encuentran reveladas y son naturales que cualquier persona puede apreciar?, ya que todos saben que la pluma es muy liviana, y todos saben que la miel es dulce, y todos saben que la roca es pesada, ya que son estas cosas que se notan y se sienten a través de los sentidos, porque así fueron creadas desde un principio, y no es digno preguntar eso a los sabios.
Por eso yo pregunto sobre las cosas que no son de esa clase, y existe algo que es verdaderamente pesado ante los ojos de quienes lo ven, y con todo eso es muy liviano si se lo mide mentalmente.
Así, hay una cosa que a la vista no es dulce, pero es muy dulce si la medimos mentalmente.
Y así hay una cosa que es a la vista blanda, pero en verdad es muy dura según la medición que podemos realizar con la mente, y sobre estas preguntas la respuesta es:
He aquí lo más liviano de la tierra es un niño, el cual es además hijo único que lo carga su madre sobre sus brazos, ya que a pesar que es pesado a simple vista, por el gran amor que siente por su niño, esta no siente el peso en absoluto y es como si no lo cargara sino que es como que él la carga a ella, así le parece a la madre por el fuerte lazo de amor que la une a su hijo único, y esto se ve solo a través de una medición mental.
Y lo más dulce que hay sobre la tierra es la leche de la madre que da a su hijo, ya que en verdad la leche es un tanto ácida, y esa acidez se anula y no es sentida por el bebé que se amamanta de su madre, es más, el bebé no hallará en el mundo cosa más dulce que la leche de su madre, y esto lo medimos de manera mental, porque como dijimos, la leche en si es un tanto ácida a simple vista.
Y lo más pesado de todo es el corazón de una madre que se dispone a sacrificar el fruto de su vientre, su hijo único".
Se sorprendieron todos los que escuchaban por las palabras del joven y de su sabiduría con la que halló preguntas que muestran según la comprensión del intelecto sobre su asunto que se relaciona con la situación en la que se encuentra.
Y con estas respuestas se comprobó que las palabras de los sacerdotes que miraban las estrellas eran vanas.
Y todo el público clamó diciendo que los sacerdotes astrólogos erraron la interpretación, y también el rey opinó lo mismo, por lo que el niño fue liberado y devuelto a su madre.

Fuente: JudaísmoVirtual

Parashá Shavua: Beshalaj - (Al dejar salir). SHABAT SHIRÁ. 15 de Shevat 5773 (26 de Enero de 2013)."Los Niños Transforman el Mar en una Muralla"

"Y las aguas fueron para ellos una muralla a su derecha y a su izquierda" (Shemot 14:22)
 
Nuestra Parshá describe el milagro de la partición del Iam Suf1. El milagro ocurrió luego de que los judíos se vieron aprisionados, con el mar frente a ellos y los egipcios persiguiéndolos desde atrás. Entonces ocurrió el gran milagro: el mar se partió frente a ellos, y las aguas se erigieron en "una muralla a su derecha y a su izquierda" 2. El propio obstáculo, el mar, se transformó en una muralla protectora del pueblo de Israel.
¿En mérito a qué se hizo acreedor Israel de este milagro? Fue por los niños. Nuestros Sabios Z"L relatan3 sobre los niños que estuvieron presentes al salir de Egipto que "ellos Lo reconocieron (a Di-s) primero que todos". Es verdad, se encontraban ahí Moshé, Iheoshua y todos los Grandes y los Ancianos de Israel, pero quienes reconocieron antes que todos a Hashem fueron específicamente los niños. Esos niños, que nacieron y crecieron en plena esclavitud de Egipto, pero recibieron la educación que corresponde - ellos fueron los primeros en identificar al Altísimo y apuntaron con el dedo diciendo: "¡Este es mi Di-s y he de embellecerlo!" 4 .
Nacieron en Exilio
Estos niños que se desarrollaron en el seno del exilio de Egipto, experimentaron con intensidad su condición de "pocos entre todos los pueblos" 5 Sintieron cómo el estilo de vida egipcio se opone a una vida judaica, y a pesar de ello fueron leales a su judaísmo y estaban orgullosos del mismo.
Motivados por esta educación no dudaron en abandonar "la cacerola de la carne" y salir al gran y temible desierto, incluso carentes de provisiones suficientes, en un espíritu de absoluta confianza- bitajón- en el Altísimo. A eso se debe que se hicieran meritorios de ser los primeros en reconocer a Di-s y que en aras de ellos se parta el mar.
Cuando hay niños como éstos, no hay motivo para alterarse porque "Egipto viaja atrás de ellos" 6 y del hecho que los hijos de Israel estén rodeados por todos lados, por el mar y el desierto. Con niños como estos se puede avanzar dentro del mar hasta que el propio mar se parta ante ellos.
El Obstáculo Protege
Cuando se partió el mar Iam Suf ocurrió algo singular: no sólo fue removido el obstáculo (el mar), sino que el mismo se transformó en una muralla protectora del pueblo de Israel- " y las aguas fueron para ellos una muralla a su derecha y a su izquierda". Éste es el nivel más perfecto de la anulación de las perturbaciones, y también ello tuvo lugar en mérito de los niños. Cuando se educa a niños para que sean los primeros en proclamar "Este es mi Di-s y Lo embelleceré" entonces las propias trabas y estorbos se transforman en elementos protectores de Israel.
Cuando el niño judío sabe que la única existencia verdadera es la santidad, y asume naturalmente y en forma tácita que nada puede molestarlo e impedirle cumplir con la Voluntad Divina, que se expresa en los mandatos de la Torá, entonces se hace meritorio de que todos los obstáculos caigan y desaparezcan, y más aún - que se conviertan en colaboradores que contribuyen en su servicio a Di-s.
Milagro Constante
No sólo para salir de Egipto necesitó el pueblo judío de un milagro sobrenatural de esta magnitud. En cada generación precisamos de milagros. El pueblo judío siempre se asemeja a la ovejita que está entre setenta lobos, y su misma existencia está basada en lo sobrenatural, es un milagro continuo, como el de la partición del Iam Suf. Para hacerse acreedor permanente de este milagro que asegura la continuidad del pueblo judío, debe educarse a los niños a estudiar la Torá Escrita y la Torá Oral, así como también a observar la conducta sagrada del pueblo judío. ¡Entonces tendremos el privilegio de verlos proclamar por propia iniciativa: "Éste es mi Di-s y Lo embelleceré", incluso antes que sus padres y abuelos!
(Likutei Sijot Tomo 2, pag 523)

Notas al Pie
1. Generalmente traducido - aunque de manera errónea como el Mar Rojo
2. Shemot 14:22-14:29
3. Talmud Sotá 11:2
4. Shemot 15:2
5. Devarim 7:7
6. Shemot 14:10

Tu Bishvat, Sábado 26 de Enero de 2013: Celebracion de nuestro potencial

Tu BiShvat, el Año Nuevo de los árboles, es uno de los cuatro año nuevos judíos en el ciclo anual.

Comúnmente lo asociamos con la tradición de comer diversos tipos de frutas, especialmente frutas de Israel y variedades nuevas o inusuales. A muchos niños judeo-americanos se les enseña a dar tzedaká (caridad) y plantar árboles en Israel.

Sin embargo, el hecho del nombre que recibe la festividad, Rosh HaShaná, Cabeza del Año, indica que tiene una significatividad más profunda, a saber, que este día debe operar como una cabeza para el resto del año, parecido al efecto de la cabeza de la persona sobre el cuerpo; influenciándolo a llevar a cabo la acción concreta.

Tenemos el deber de preguntarnos qué podemos aprender de Tu BiShvat, algo que se aplique prácticamente a la vida personal de cada judío.


Las respuestas que proporciona la filosofía jasídica señalan, todas, a la festividad como una celebración del potencial de cada judío. Tu BiShvat nos da a cada uno de nosotros la oportunidad de reflexionar acerca de cómo concretar de la mejor manera el tremendo poder latente dentro de nosotros.

En Tu BiShvat es costumbre comer de los siete tipos de producto con los cuales es especialmente bendecida la tierra de Israel, enumerados en el versículo: "Una tierra de trigo y cebada, y viñas, granados e higueras, una tierra de olivos y miel (de dátiles)" (Deuteronomio 8:8).

La filosofía jasídica comenta que dos de estos siete, trigo y cebada, son granos, y los otro cinco son frutos.

El pan se hace de trigo y cebada, un artículo de la dieta humana. La fruta, en contraste, no es esencial para la existencia, sino que generalmente se come por placer.

El grano, entonces, representa necesidades, y la fruta, placer. Estas distinciones tienen su paralelo en la Torá, correspondiéndose con los niveles exotéricos (manifiestos) y esotéricos (místicos).

La Torá es a veces comparada a pan y agua, y otras a vino, aceite o miel. El nivel exotérico, "pan y agua", es necesario para la vida judía y debe ser estudiado por todos los judíos en todo momento, bajo toda circunstancia. El nivel esotérico, "vino, aceite y miel", de la Torá, es comparable a los lujos porque su estudio no fue considerado siempre apropiado para todos los judíos. En generaciones anteriores sólo los de elevada estatura espiritual, capaces de apreciar plenamente su profundidad, estudiaban la mística judía. Esas eran generaciones en las que "pan y agua" eran suficientes para mantener saludable al pueblo judío.

Hoy, a causa del cambio en la atmósfera espiritual, se necesitan alimentos adicionales para dar fortaleza al pueblo judío. Ese alimento es la filosofía jasídica, la "fruta" que provee placer.
De hecho, Rabí Shneur Zalman de Liadí, el Alter Rebe, reglamenta en su Código de Ley Judía, que cada hombre y mujer judíos tiene el deber de estudiar lo esotérico. Al reglamentar así, el Alter Rebe otorga también un voto de confianza a la altura de cada alma judía y su capacidad para apreciar suficientemente la enseñanza judía esotérica y beneficiarse con ella.

Tu BiShvat no es una festividad ordenada por la Torá Escrita como lo son Pesaj, Shavuot y Sucot, por ejemplo. Ni es bosquejada en la Ley Oral, a diferencia de Janucá y Purím. La Mishná menciona el día como "Rosh HaShaná para los árboles" pero no la llama "festividad". Así, su celebración es enteramente costumbre.
Hay un importante paralelo entre su condición de costumbre y nuestra conmemoración del día comiendo frutas. Cumplir una costumbre provee un placer especial al alma, más aún que una ley de la Torá Escrita u Oral que es un deber, una "necesidad". Cumplir un mandamiento es el mínimo requerimiento de la ley judía; cumplir una costumbre es sumar al requerimiento mínimo. Cuando un judío se conduce más allá del requerimiento mínimo, Di-s recibe placer especial, y de la conciencia de causar placer al Creador, el alma judía, a su vez, deriva un tremendo placer. La fruta representa placer. Dado que la observancia de Tu BiShvat es una costumbre, se celebra específicamente comiendo frutas, pues ambos, costumbre y fruta, expresan el mismo concepto de placer.

De aquí derivamos una lección en el servicio a Di-s de cada judío. Esta adicional, por pura costumbre, festividad de Tu BiShvat, nos enseña que un judío no debe limitarse a lo que es puramente obligatorio cuando sirve a Di-s, y no debe permitir que el cumplimiento de los mandamientos llegar a volverse rutinario o habitual. El judío debe --y puede-- verse tan enteramente absorbido por la Torá y las mitzvot que cumplirlas es puro placer, tanto para el individuo como para Di-s.

Cuando los judíos deambulaban por el desierto después del éxodo de Egipto, su alimento era el maná. Milagrosamente, este maná poseía la propiedad de tener el gusto de cualquier alimento que la persona que lo consumía deseara saborear. Asimismo, la Torá y las mitzvot pueden proveer muchos tipos diferentes de placer, representados por los cinco sabores diferentes de las frutas con que la Tierra de Israel fue bendecida.
Cuando el individuo aplica su imaginación y deseo (pone, para decirlo de alguna manera, su propio monograma personal, en cada mitzvá que realiza) la observancia de Torá y mitzvot se volverá una mayor fuente de placer tanto para la persona como al Creador.


Por ejemplo, se ha dicho en la enseñanza jasídica que cada judío descansa en Shabat de una manera enteramente única. Cada uno de nosotros tiene el potencial para descubrir (o re-descubrir) sus propios medios especiales --siempre de acuerdo a los criterios básicos estipulados por el Creador y enunciados en el Código Judío de Leyes-- mediante los cuales disfrutar del Shabat. Por supuesto, una fuente principal de satisfacción pueden ser las actividades espirituales de estudio de Torá, la plegaria, y llenar la propia mente con pensamientos de inspiración que harán que uno se sienta más cerca de Di-s. Uno puede intentar lograrlo con ropa hermosa (algunas mujeres poseen un vestido especial que usan exclusivamente para la mitzvá de encender las velas de Shabat); lindos objetos ceremoniales y decoraciones; comidas deliciosas; una variedad de actividades como cantar y pasear en Shabat; la delicia de amigos o la soledad; uno puede dar de sí mismo invitando amistades amenas o visitar al enfermo o al menos afortunado.

Finalmente, hay muchas maneras a explorar preparándose para el Shabat durante la semana precedente y aguardando ver los efectos que estos tendrán sobre el propio deleite de Shabat.

Otro ejemplo: las palabras del Sidur o los Salmos pueden parecer inmóviles sobre la página impresa. Sin embargo, cobran vida cada momento de todos los días cuando judíos en todo el mundo las llenan con la calidez de sus sentimientos más profundos. Cada uno de nosotros, como una creación de Aquel que conoce todos los pensamientos, puede volverse un miembro de aquel grupo en cualquier momento.

Como el Rosh HaShaná de los Arboles, Tu BiShvat es el día en que comienza la maduración de las frutas -- el día en que aparecen los primeros brotes. Uno puede sorprenderse, entonces, en cuanto a nuestra costumbre de comer la fruta madura en el primer día en que brotan, cuando las frutas no estarán maduras todavía por algunas semanas o meses. Esto, sin embargo resalta nuestra confianza en que, aunque el clima de Tu BiShvat pudiera verse nublado (particularmente en el hemisferio boreal!), los brotes se desarrollarán en hermosas frutas comestibles.
Así es dentro de cada ser humano. No importa qué puedan parecer externamente, las frutas espirituales ya existen y están potencialmente maduras. Celebramos nuestro potencial interior que puede concretarse más rápido que lo que alguna vez hubiéramos soñado posible. Aguardamos con anticipación el tiempo en que disfrutaremos de los frutos de todos nuestros esfuerzos, físicos y espirituales, en el mayor festín de la historia -- con el Mashíaj (Mesias).
 
Jana Shlous de Wellsprings (NY) .http://www.tora.org.ar/

jueves, 17 de enero de 2013

Parashá Shavua: Bo - (Ve). 8 de Shevat 5773 (19 de Enero de 2013).¿Por Qué Está Tan Débil Nuestra Fe?


Antes de que saliera el pueblo de Israel de Egipto, D’os les ordenó dos preceptos para cumplir: La renda de Pesaj y el Brit Milá (la circuncisión).

El pueblo de Israel estuvo esclavizado 210 años en Egipto. Los egipcios sufrieron 10 plagas, una más severa que la otra. Todo se encontraba listo para la liberación. Entonces, ¿por qué fueron necesarias estas dos mitzvot? ¿Por qué no se podía esperar y cumplirlas después de la salida de Egipto?

La orden de ofrecer el korban de Pesaj merece otra observación: ¿Por qué D’os ordenó a cada persona tomar un cordero y amarrarlo a las patas de su cama, por cuatro días, hasta el sacrificio del animal, si generalmente los korbanot comienzan a tener importancia a partir de su ofrecimiento, y los preparativos anteriores no son importantes?

La respuesta a dichas preguntas es que a través de estos preceptos, D’os nos transmitió un mensaje sumamente importante con respecto a nuestro papel como yehudim, y es por ello que precisamente antes de salir y formarnos como pueblo, es que D'os ordenó estas mitzvot.

El mensaje es: la obligación del yehudí es estar dispuesto a entregar todo, inclusive su alma, para tener el privilegio de poder servir a D’os. Esto lo manifestamos dos veces al día en la lectura del Shemá Israel: “Y amarás a tu D’os con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus posesiones”, lo que significa, que uno debe estar dispuesto de sacrificar todas sus cosas, inclusive su vida si es necesario, para demostrarle su amor a D’os.

Esto lo aprendemos de estos preceptos. El hecho de amarrar el cordero a las patas de la cama, requería una entrega absoluta de fe en D’os, ya que este animal era el dios de los egipcios y lo natural era que éstos se vengaran por ofender a su dios.

Así también Moshé pensaba que esto sería imposible de cumplir: “Y Moisés dijo: No es justo que lo hagamos así, porque lo que adoran los egipcios es lo que hemos de sacrificar al Eterno, nuestro D’os. He aquí que si sacrificáramos lo que adoran los egipcios delante de sus propios ojos, ellos no dejarían de apedrearnos” (Exodo 8;22).

Sin embargo, D’os ordenó esta mitzvá con intensión, para que los yehudim aprendan que ser un buen servidor de D’os, significa poseer una disposición completa, hasta entregar la vida por la fe. Asimismo, la mitzvá del brit milá transmite una idea similar. Esta mitzvá representa diversas dificultades que pueden surgir a la hora de servir a D’os. No obstante, nuestra obligación es cumplirla, a pesar de todas ellas. Cumplir los preceptos Divinos es un privilegio más que una obligación, y por ello hay que pagar.

 Solamente un pueblo que demuestra la capacidad de sacrificio por este privilegio, merece salir de Egipto e ir al Monte Sinai para recibir la Torá directamente de D’os.

Biografía del autor: Rabino Moshe Walles. Rabino del Centro Comunitario Beth Itzjak y del Consejo Comunitario Ashkenazi (Mexico City)
http://www.judaismohoy.com