jueves, 23 de febrero de 2012

viernes, 17 de febrero de 2012

SHABAT SHALOM

HISTORIAS PARA CONTAR EN SHABAT (V): Juzga para bien


Hace unos ciento cincuenta años vivió en la ciudad de Volozin el gran Gaón Rab Jaim, conocido como Rab Jaim de Volozin. En esa ciudad habitaba también su hermano, el Tzadik Rabí Zalman.

Un día Shabat por la mañana se acercaron a la casa de Rab Jaim unos yehudim y le dijeron:
– No lo tome a mal, pero su hermano, lamentablemente, ha perdido la razón.
– ¡Mi hermano! ¡Rab Zalman! ¿Pero qué pasó? – quiso saber Rab Jaim.
– Ayer por la noche, lo vimos corriendo por la calle bajo una lluvia torrencial, sin saco ni nada con qué cubrirse y... ¡con una linterna en la mano!Quisimos detenerlo y decirle “Shabat Shalom”, pero por lo visto no quiso ni hablar con nosotros, ¡y siguió corriendo empapado!
– ¡Oh! ¡Pues eso sí que es muy extraño! – comentó Rab Jaim.

Muy sobresaltado, Rab Jaim se dirigió inmediatamente a la casa de su hermano.
Cuando llegó lo encontró, como de costumbre, sentado en su mesa,con un libro de Torá en sus manos. Rab Zalman lo saludó:

– Shabat Shalom, hermano. ¿A qué se debe el honor? – y agregó cambiando de tono –: Te noto preocupado. ¿Pasa algo?
– Quiero que tú me digas qué es lo que pasó anoche. ¡Me contaron que te vieron en la calle corriendo!
– Ya, ya – lo interrumpió Rab Zalman con una sonrisa –. Te lo explicaré: estaba en mi casa, cuando escuché de la casa de mi vecino que su esposa lo estaba despertando para que fuera a llamar a la partera, porque comenzó a sentir los síntomas que le indicaban que en unos momentos iba a dar a luz. Afuera llovía mucho y hacía frío, y aparentemente el marido dormía profundamente, y por más que los gritos de la mujer se escuchaban hasta mi casa, el hombre no se despertaba. Lo que hice fue salir sin perder tiempo a buscar yo mismo a la partera.
Al principio busqué mi saco y no lo encontré. “Iré sin saco”, pensé.Y al salir vi que estaba muy oscuro, por lo que me vi obligado a cargar una linterna en Shabat (tú sabes que en estos casos está permitido), porque podía tropezarme y caer. Estaba en camino, y unos yehudim me saludaron diciéndome “Shabat Shalom”. ¿Acaso puedo detenerme y perder el tiempo hablando con ellos, mientras la mujer está en peligro? Seguí adelante; llamé a la partera, y todo salió bien, Baruj Hashem.

Rab Zalman bajó la vista y siguió en su lectura. Luego de un instante, se dirigió otra vez a su hermano y le dijo:
– ¡Ah! Te recuerdo: ¡el próximo Shabat tenemos berit milá en la ciudad!

Hamaor

jueves, 9 de febrero de 2012

HISTORIAS PARA CONTAR EN SHABAT (IV):Adelantando Shabat



Nuestros Jajamim se expresaron elogiosamente hacia aquellos yehudim que cuidan el Shabat mucho antes de la puesta del sol (el Shabat comienza exactamente con la puesta del sol). Quien lo hace recibe no sólo la inmensa satisfacción de disfrutar el día Shabat por más tiempo, sino además, innumerables recompensas por parte delcielo.

El siguiente suceso, relatado en primera persona por el Rab Simja Kaplan en el libro “Leshijnó Tidreshú”, es un ejemplo palpable de esto último:

Cuando me encontraba cursando mis estudios en la yeshibá de Mir,me alojé en la casa de una pareja que tenía un hijo único. Un día viernes por la mañana me disponía a ir a la yeshibá y el dueño de casa también se preparaba para dirigirse al mercado de la ciudad por cuestiones de trabajo. Antes de que éste traspusiera la puerta, escuchó a su esposa que le dijo:

– No te olvides que hoy es ereb Shabat. Regresa temprano.

Pasado apenas el mediodía, luego de haber rezado minjá en la yeshibá, llegué a la casa concluyendo mi día de clases. Al entrar, encuentro a la dueña de la casa apostada en la ventana, esperando ansiosa a su marido y murmurando:

– ¡Dentro de poco es Shabat!¡Ya va a ser Shabat!
No pude ocultar mi extrañeza.
Señora: – Aún es temprano – le observé.
– Faltan varias horas para que entre Shabat.

Luego de mirarme un segundo, me dijo:
– Si te cuento lo que nos sucedió en nuestra vida, me comprenderás.Comenzó a relatarme que, desde que se habían casado, pasaron largos años sin poder concebir, hasta que después de tantos ruegos Hashem los escuchó y les mandó un hijo. Pero
lamentablemente el niño no se desarrollaba normalmente. La preocupación se centraba en la precaria salud de su único vástago.

El doctor de Mir, el pueblo donde vivían, presumía que el niño padecía de un grave mal localizado en su corazón, por lo que recomendó a sus padres que se trasladaran a Vilna, para derivar el caso a un afamado médico que residía en aquella ciudad.

Después de revisarlo, este último facultativo diagnosticó que la enfermedad del niño era tan seria que le quedaban sólo unos pocos años de vida, con suerte. Al mencionar este pasaje, la mujer no pudo reprimir las lágrimas.

– Aquel doctor nos había dicho que nos resignáramos y que soportáranos la situación esperando el desenlace, porque no había nada que hacer.

Luego de un profundo suspiro, la mujer continuó:

– Salimos del consultorio desesperados y desesperanzados. No sabíamos dónde dirigirnos. A duras penas llegamos a la casa de nuestros ocasionales anfitriones de Vilna, y una vez allí estallé en llanto, sin poder recibir ningún tipo de explicación ni consuelo. La gente de la casa, al observar ese cuadro tan lamentable, nos señalaron que, en nuestro camino hacia Mir, tendríamos que pasarindefectiblemente por Radin. En ese pueblo vive el Jafetz Jaim. – ¡Vayan a visitarlo y pedirle un consejo! – nos recomendaron.

Así lo hicieron. Me contaba la señora que, cuando arribaron a Radín se les vino el alma al suelo al enterarse que el Jafetz Jaim, en virtud de su avanzada edad y debilidad, había cancelado sus entrevistas con el público. Sin tiempo para lamentarse, comprobaron que del cielo le enviaron una invalorable ayuda. El nieto político del Jafetz Jaim, que cuando era estudiante de la yeshibá de Mir se había alojado en la misma casa donde yo estaba, reconoció a sus benefactores y los hizo entrar con el Tzadik.

El Jafetz Jaim estaba sentado en su cuarto con un libro de Ezrá en sus manos. Nos sentamos frente a él y comenzamos a explicarle nuestro caso.

– ¿Qué puedo hacer yo? – preguntó el anciano Rab –. Dinero no tengo para darles. – ¿En qué los puedo ayudar? – agregó.

En ese instante rompí a llorar amargamente, mientras el joven que nos había hecho entrar le decía:

– Abuelo. Es el único hijo que tienen.

Cuando me estaba retirando, escuché detrás de mí la tenue voz del Jafetz Jaim.

– Hija – me llamó afectuosamente.
– Desde hoy en adelante, toma la decisión de recibir el Shabat más temprano que de costumbre –. No entendí muy bien sus palabras.
– Perdón, ¿a qué se refiere? – le pregunté –.
El Jafetz Jaim me indicó:
– Cada ereb Shabat, desde mucho antes de la puesta del sol, que luzcas en tu mesa el mantel especial para Shabat, y las velas preparadas. Y cuando las enciendas, no hagas más ningún tipo de trabajo. Después veremos.

La señora siguió contándome que, cuando salió de aquella casa, recibió sobre sí cumplir al pie de la letra lo que el Jafetz Jaim le había recomendado. Al poco tiempo el niño empezó a manifestar muestras de clara mejoría, y poco a poco su alimentación y desarrollo no difería de la de los demás niños sanos de la ciudad.

El médico de nuestro pueblo no podía creer lo que sus ojos veían. Para él era imposible que una cosa así sucediera. Nos proporcionó una suma de dinero y con ella viajamos nuevamente a Vilna, con el objeto de que el otro importante doctor revisara a nuestro hijo.

Cuando lo hubo hecho, exclamó:
– Ustedes se están burlando de mí.
– Este no es el niño que yo atendí no hace mucho.
–Doctor – le respondimos – es nuestro hijo y no tenemos otro.

El médico volvió a preguntar:
– ¿Acaso estuvieron en Viena? En aquellos días, Viena era la ciudad capital, donde todos acudían para solucionar los casos más graves.
– No – le repusimos –. No estuvimos en Viena. Estuvimos en Radín, con el Jafetz Jaim, y nos indicó qué hacer. El doctor lo pensó un instante y luego declaró:

– La ciencia médica puede, a veces, componer lo que existe. Si el corazón no funciona bien, los doctores tratamos de curarlo. ¡Pero el Jafetz Jaim, por lo que veo, tiene la propiedad de crear algo de la nada! Porque ahora quiero que sepan que el corazón de su hijo estaba consumido casi totalmente.

Luego del estremecedor relato, la señora concluyó:

– Ahora entenderás por qué, desde que me lo propuse, cada viernes empiezo temprano los preparativos del Shabat. Y es también por eso que estoy ansiosa para que mi marido llegue a casa lo antes posible.

Moreshet Abot 166. Hamaor(Maasé Shehayá.Elías Askenazi)

lunes, 6 de febrero de 2012

La Historia de la Redención de un alma en pena a través del Amén


Ocurrió una vez que R’ Akiva vio un hombre desnudo, negro como el carbón, llevando sobre su cabeza una carga con un peso equivalente al que deberían llevar diez hombres, y corría con el mismo, tan rápido como un caballo. Viéndole, R’ Akiva le dijo que se detenga, y así ocurrió.

Luego le preguntó: “Por qué estas realizando un trabajo tan duro? Si eres un esclavo trabajando para unaamo que te exige tanto, te haré libre. Si se debe a que eres pobre te haré rico”, a lo cual el hombre replicó: “Por favor no me detenga, no sea que mis supervisores se enojen conmigo”.

Entonces R’ Akiva inquirió: “Qué es esto; cual es tu ocupación?”, a lo que el hombre respondió: “Soy un hombre que ha fallecido. Cada día me envían a cortar madera para luego quemarme con ella”

Entonces el Rav le pregunto: “Hijo mío, cual era tu oficio cuando viniste a este mundo?”. El hombre explicó lo siguiente: “Yo era un recaudador de impuestos de los ciudadanos prominentes;me comportaba con favoritismo hacia los ricos y con mala voluntad hacia los pobres”. R’Akiva pregunto entonces: “Has escuchado de tus supervisores si tienes alguna posibilidad de remediar tu situación?”, a lo cual el respondió “ Por favor le pido que no me detenga, no sea que los responsables de mi castigo se enfaden conmigo.Les he oído decir que no hay remedio. No obstante hay algo que si pude escuchar de ellos: “Si este pobre hombre tuviera un hijo que se pusiera de pie en la congregación y dijera Barju et H” Hamevoraj “Bendigan a Hashem El Bendito”, y la congregación le respondiera “Bendito es Hashem que Es Bendecido eternamente” y si el dijera “Yitgadal” y ellos respondieran “Amen” y “Yehe sheme rabba m’varaj” de inmediato sería liberado de su castigo.

No obstante esta persona no fue sobrevivido por un hijo. Dejo a su mujer embarazada, pero no sabe si ella tuvo un hijo. En cualquier caso, si lo tuvo, quien lo educaría?”... ya que no tenía ni un amigo en el mundo. Fue en ese momento cuando R” Akiva tomó su decisión: Averiguaría si la esposa del hombre había dado a luz a un hijo, y si así fuera, le educaría en Torá y le pondría en pie frente a la congregación. Volviéndose al hombre le pregunto:

-“Como te llamas?”,
- y el hombre respondió “Akiva”.
- “Y cual es el nombre de tu esposa?”
- “Shushvina”
- “Y el nombre de tu ciudad ?”
- “Ludkia”

De inmediato y con gran angustia, R’ Akiva fue a la ciudad y comenzó averiguar sobre este hombre.

Tan pronto llegó a esta ciudad de Ludkia y comenzó sus averiguaciones, se encontró con las siguiente respuesta: “...Que los huesos de ese hombre vil sean destrozados”, Y al preguntar sobre su esposa, recibió como respuesta “ ...Que su memoria sea borrada!”; luego preguntó por el hijo y le respondieron que no estaba circuncidado; que ni siquiera se habían tomado la molestia de realizar la ceremonia de circuncisión en el.

Entonces R” Akiva buscó al niño, le circuncidó y le sentó frente a el, aunque el mismo no aprendía Torá. Con decisión, R’Akiva ayuno 40 días en su beneficio, hasta que una voz Celestial vino y le dijo: “R’ Akiva, ve y enséñale. Entonces fue y le enseñó Torá, el recitado de la Shema, Shemone Esre y Birkat HaMazon. Luego le llevó ante la congregación, y en el momento oportuno el niño dijo: “Barju et Hashem ham’voraj” a lo que la congregación respondió: Baruj Hashem ham’vorachl’olam vaed” y “Yehe sheme rabba mevaraj”.

Fue en ese preciso instante en el que el hombre fallecido fue liberado inmediatamente de su tormento, y vino enseguida a R’ Akiva en un sueño, y le dijo “Sea la voluntad de D-os que consigas la felicidad en el paraíso, porque me has salvado de los tormentos del Gehinnom” Entonces R’Akiva abrió su boca y dijo: “Oh, S-ñor, Tu Nombre es Eterno; Oh, S-ñor Tu recuerdo es para todas las generaciones…”

viernes, 3 de febrero de 2012

HISTORIAS PARA CONTAR EN SHABAT (III): Sir Moshé Montefiori


Sir Moshé Montefiori fue uno de los personajes más importantes de la historia de nuestro pueblo, de hace cien años. Gozó de fama y riqueza, y además del reconocimiento del reino de Gran Bretaña, país que representaba en sus viajes al exterior.

Sin embargo, contrariamente a lo que ocurrió a muchos que alcanzaron la grandeza, Sir Moshé Montefiori no abandonó su fidelidad a la Torá y a las mitzvot, y se mantuvo estricto en el cumplimiento de las mismas, en el lugar y en la situación en que se encontrase, porque ésa era una forma de agradecer y reconocer que era Hashem quien le dio todo lo que tenía.

Una gran parte de su riqueza la destinó a ayudar a los necesitados de su pueblo, en especial a las comunidades que sufrían persecuciones e injusticias por parte de los gobiernos totalitarios de
entonces. Y del mismo modo que él cuidó Shabat dondequiera que iba, también el Shabat le salvó la vida en una ocasión.

Una vez Sir Moshé Montefiori viajó a Rusia para persuadir al zar de que cesara en sus opresiones contra los judíos de su imperio. Llegó a la ciudad de San Petersburgo y fue recibido por el tirano
emperador, y después de una larga conversación éste se comprometió a ablandar sus leyes contra los judíos, a cambio de una importante suma de dinero.

Cuando Sir Moshé Montefiori se retiró, el zar se arrepintió del acuerdo y se propuso obtener el documento que había firmado, con la intención de eliminarlo y anularlo.

Al día siguiente tocaron a la puerta de la habitación de Sir Moshé Montefiori, y cuando abrió, comprobó con sorpresa que se trataba nada más y nada menos que del alcalde de la ciudad. Lo hizo pasar y se quedó charlando un rato.

Más tarde, llegó al cuarto un enviado del zar con una carta del emperador para Sir Moshé Montefiori. Éste toma el sobre en sus manos, lo observa y lo deja sobre la mesa.

– ¿Cómo es posible? – preguntó el alcalde –. ¿No va a abrir la carta del zar?

– Hoy es Shabat, día sábado, sagrado para todos los judíos, y no podemos realizar ningún trabajo. Y abrir una carta, aunque venga del zar, está prohibido para mí.

Inmediatamente, el alcalde dijo al enviado que la abriera, porque podía tener una información urgente.

Al abrir el sobre, un polvo venenoso salió de adentro, y el enviado murió en el acto. El cumplimiento del Shabat salvó la vida a Sir Moshé Montefiori...

Sipuré Amenu. Hamaor (Maasé Shehayá.Elías Askenazi)

jueves, 2 de febrero de 2012

Parashá Shavua: Beshalaj - (Al dejar salir). 11 de Shevat 5772 (4 de Febrero de 2012). SHABAT SHIRA


El Shabat en el cual se lee la sección de Beshaláj (Exodo 13:17 17:16) se denomina Shabat Shirá -Shabat del Cántico- porque en ella encontramos la shirá que Israel entonó luego de la partición del Iam Suf.
Además de la shirá, la sección contiene varios otros temas: el Exodo de Egipto, el milagro de la partición del mar, los estatutos y leyes dados al acampar en Mará, el milagro de la caída del maná, la aparición del manantial que proveyó de agua al pueblo, y la guerra contra Amalék. No obstante, el tema de la shirá fue el que el pueblo judío eligió especialmente para designar a este Shabat, pues ella posee la particularidad de que cada vez que el pueblo de Israel la recita en el curso de las generaciones, es como si lo hiciera por primera vez. ¿A qué se debe esto?

Todos los otros pasajes de la Torá fueron dichos por Di s mientras Israel escuchaba, pero esta shirá la entonaba Israel, y Di-s, junto a todas Sus huestes celestiales, escuchaban lo que aquellos decían. En ese momento el alma de Israel se elevó al máximo nivel de exaltación, y su corazón se transformó en un manantial del cual fluía Torá. El sonido de su voz era como el sonido de Di-s. Y más aún, este cántico de Torá que manaba desde su interior precedió a la Torá que escucharon del Todopoderoso en el Monte Sinaí.


La fuerza de la shirá que entonaron en aquel entonces hizo que el júbilo y la canción se implantaran en los corazones judíos hasta el fin de las generaciones, y toda vez que el pueblo es librado de sus enemigos y rescatado de sus tribulaciones, su corazón se inspira para entonar cánticos y alabanzas a Di-s, Su salvador, en vez de vanagloriarse en razón de su propia perseverancia. La shirá comienza con las palabras: ...y hablaron diciendo (Exodo 15:1); es decir, la canción que "hablaron" entonces les posibilitó continuar "diciendo" en todas las generaciones.


El pueblo judío entonó esta shirá motivado por una fe plena, y no simplemente a causa del asombro ante tantos milagros y maravillas, pues la impresión momentánea es transitoria, en tanto que la fe y la creencia quedan grabadas en el corazón y perduran por siempre. El pueblo de Israel no comenzó a cantar sino después de haber reconocido que el cautiverio y la aflicción sufridos, y la prueba y purificación a la que sería sometido en el futuro, son, todas, señales del eterno amor y benevolencia de Di s hacia ellos. Israel comprendió en ese momento que no existe alegría ni vida genuina si ésta no se basa en la fe en Di s, como expresan los versículos: ...y júbilo para los rectos de corazón (Salmos 97:11); y el justo por su fe vivirá (Habakuk 2:4). Asimismo encontramos en las palabras de la shirá: Y creyeron en Di-s y en Moshé, Su servidor... entonces Moshé y los Hijos de Israel entonaron este cántico... (Exodo 14:31 15:1).


La shirá cantada junto al mar fue vocalizada en el momento adecuado; en el preciso instante en que todas las Huestes Celestiales y toda criatura terrenal estaba colmada de alabanzas hacia Di s, expresando Su grandeza y dominio. Fue entonces, cuando la gloria de Su soberanía saturó el mundo, que Israel irrumpió en cántico, como está escrito: Entonces Moshé y los Hijos de Israel entonaron... (ibíd.). "Entonces" - en ese preciso instante, ni antes ni después.
Si hubieran demorado su shirá, el resto del universo no habría respondido con su propio canto, pues la impresión de lo acontecido ya se habría disipado. Si hubieran entonado su shirá antes, cuando abandonaron Egipto, se les habría dicho: "Agradeced al Faraón por haberos liberado, pero tened en cuenta que él, sus ejércitos, y todo su poderío, aún existen y vosotros estáis perdidos en el desierto". Pero ahora que todos los caballos, carros, jinetes y ejércitos del Faraón fueron ahogados en el mar y había sido despojado de su fuerza y orgullo, éste era el momento apropiado para la shirá; como expresa el versículo: Cantaré a Di s pues El es grandemente ensalzado, arrojó al mar al caballo y a su jinete (ibíd. 15:2). ...Di-s reinará por siempre jamás (ibíd. 15:18).

La canción de toda la creación, de boca de Israel

Cantaré a Di s - sólo a El, ¡porque no hay otro fuera de El!
Pues El es grandemente ensalzado - sólo El es exaltado con desmesurado orgullo. No así el hombre, cuyo orgullo lo degrada. Aunque pretenda elevarse a los cielos, termina descendiendo al abismo.
Al caballo - símbolo de fuerza y poder entre las criaturas de la tierra...
y a su jinete - el hombre que se enorgullece por su dominio sobre las fuerzas de la Creación. Pero, ¿quién es el hombre y qué es su orgullo, vano orgullo, frente a la fuerza de una de las creaciones de Di-s, el poder del mar embravecido?
Arrojó al mar - El ha arrojado al hombre junto con su orgullo al mar, como quien alza un objeto liviano y lo lanza hacia abajo nuevamente [esto explica las diferentes expresiones utilizadas en hebreo: ramá baiám, literalmente "los levantó en el mar", y iará baiám - "los lanzó (hundió) en el mar"].


¿Qué representa la fuerza del mar embravecido, con sus poderosas olas, en la presencia de los amados hijos de Di s? Aunque las profundidades del océano emergen y hierven amenazando con inundar toda la creación, un mero soplo surge de Sus narices e inmediatamente las aguas se apilaron - como si fueran arena y no agua, y
las corrientes que fluían quedaron erectas como una pared - como si fueran bloques de hielo y no hirvientes corrientes de agua.
Las aguas profundas se congelaron en el corazón del mar - las profundidades del mar no se secaron, sino que continuaron fluyendo como lo habían hecho desde la Creación, pero cuando alcanzaban el nivel de los pies de aquellos amados por Di-s, ahí se congelaban, en el corazón del mar.


Eliahu Kitov (Extraído de Nosotros y el Tiempo)

Parashá Shavua: Beshalaj - (Al dejar salir). 11 de Shevat 5772 (4 de Febrero de 2012).


וַיְהִי בְּשַׁלַּח פַּרְעֹה אֶת הָעָם וְלֹא נָחָם אֱ־לֹהִים דֶּרֶךְ אֶרֶץ פְּלִשְׁתִּים כִּי קָרוֹב הוּא כִּי אָמַר אֱ־לֹהִים פֶּן יִנָּחֵם הָעָם בִּרְאֹתָם מִלְחָמָה וְשָׁבוּ מִצְרָיְמָה

Nuestra parasha, empieza relatándonos, acerca de la salida del pueblo judío, poco tiempo después que lo hicieron, Hashem le endureció el corazón a Paro para que fuese a perseguir al pueblo judío y a su misma vez, para que Hashem se glorificara por medio de Paro, al pueblo de Israel.
Nuestros sabios preguntan: ¿Cómo es posible, que aun viendo y viviendo las diez plagas el faraón fuese tras el pueblo judío? En verdad hay que entender, que una vez el pueblo judío salió de mitzraim, el objetivo de los mitzrim ya no fue el ir atrás del pueblo judío sino mas bien desafiar a Hashem yendo en contra de la razón, es decir saliendo atrás del pueblo judío.
En nuestra parasha esta escrito que Hashem peleó en contra de los mitzrim por el pueblo judío, justamente Hashem mismo peleó contra el pueblo de mitzraim, ya que los mitzrim querían en realidad combatir en contra de Hashem.

Kriat Yam Suf (El Mar de Suf Se Abre Para el Pueblo Judío)

En nuestra parasha podemos ver uno de los milagros más grandes que hubo en toda la humanidad, es decir, Kriat Yam Suf. El mar se abrió en el séptimo dia desde que salieron de mitzraim, hoy en dia, es yom tov Shebi Shel Pesaj, Hashem abrió el mar para el pueblo judío, el midrash explica, que en realidad, el dia en el que se crearon las aguas, Hashem les dijo que cuando pasara su pueblo, un pueblo de tzadikim, las aguas tenían que abrirse ante ellos y darles paso, pero cuando el pueblo judío llego a los limites del agua, el agua no se abrió, esto se debe a que Hashem dijo que pasaría un pueblo de tzadikim, y el pueblo judío llevaba consigo 49 niveles de tuma, asi que la shejina misma bajó hasta el mar y el mar se abrió. Hay opiniones que dicen que se abrió en doce partes haciendo doce conductos, uno por cada tribu, también el midrash dice que para mostrar el milagro, no solo se abrieron las aguas del Yam Suf, sino también las aguas de todo el mundo, podemos ver, que Hashem cambió el ciclo de la naturaleza solamente por nosotros, para demostrarnos su gran amor infinito y la bondad que tiene.
Hay veces que no sentimos a nuestro creador o bien sentimos que esta alejado, cuando esos momentos pasan debemos recordar lo que Hashem hizo por nosotros en el Yam Suf y pensar que he hecho para no sentirlo o para alejarlo.
Cuando se abrió el Yam Suf ocurrieron varios milagros para el pueblo de Israel, la tierra estaba seca y no andaban en barro mientras los mitzrim el suelo si se les hacia barro. Si tenían sed, solamente ponían la mano en el mar y sacaban agua dulce para beber, mientras que para los mitzrim, el agua fue dura como una roca, el agua era trasparente para que las tribus pudieran verse entre si y asi viajar con mas seguridad, el camino del pueblo judío era alumbrado mientras que el de los mitzrim era oscuro, las ruedas de los carruajes de los mitzrim se derritieron haciéndolos viajar con pesadez.
Hashem castigó al pueblo mitzrim igual como ellos hicieron con el pueblo judío, es decir, enterrándolos en el barro y hundiéndolos, ya que los mitzrim hacían trabajar con barro a los judíos y mataron a los primogénitos tirándolos al rio.
Nosotros debemos saber, que el mundo fue creado para cada uno de nosotros, pero nuestro objetivo no es el de habitar acá para siempre, sino es un conducto para poder llegar a nuestro Creador, a la unión Con Hashem y eso se consigue con el estudio de Torah y el cumplimiento de mitzvot, es decir, por el cumplimiento de Torah y mitzvot en este mundo , se decide cuan apegados llegaremos a estar a Hashem, ya que este fue el verdadero objetivo por el cual el mundo fue creado para cada uno de nosotros, para que podamos esforzarnos y podamos vencer en nuestra lucha diaria en contra de nuestros malos impulsos y asi prontamente traer la geula para todo el pueblo de Israel, Amen.

Bajur David Moshe Shallem Lichtenstein

miércoles, 1 de febrero de 2012

Tu Bishvat (15 de Shevat). Miércoles 8 de febrero de 2012. Preguntas y respuestas


"El primer día del mes hebreo de Shevat es el Año Nuevo para los árboles de acuerdo a la Casa de Shamai. La Casa de Hillel dice que es el 15 de Shevat." (Talmud, Rosh Hashaná 2a)

Pregunta:

¿Qué es lo que celebramos exactamente el 15 de Shvat (este año el 9 de febrero) y que tiene eso que ver con nosotros? ¿acaso somos los seres humanos árboles?

Respuesta:

Antiguamente, el pueblo judío en la Tierra Santa conmemoraba el 15 de Shvat, como el inicio de la nueva estación de los frutos en Israel.

Esta época del año marca el punto medio del invierno cuando la fuerza del frío disminuye, la mayoría de las lluvias del año ya cayeron y la savia de los árboles comienza a subir. Como resultado, los frutos comienzan a formarse. Esta fecha hasta hoy es conmemorada como el cumpleaños de los árboles en Israel.

De la misma manera como el primero de Tishrei, es Rosh Hashaná para los hombres, el día 15 de Shvat Di-s determina la cantidad de frutos y hojas que cada árbol producirá durante el año; si crecerá satisfactoriamente, floreciendo o secará hasta morir.

Esto demuestra que el Creador del Universo y de todas las especies, inclusive plantas y árboles, cuida cada una de Sus creaciones, determinando su destino. Las frutas crecidas antes de esta fecha eran consideradas frutas "viejas", y las que eran cosechadas a partir de esta fecha, eran recibidas como "nuevas". Actualmente el Rosh Hashaná La'ilanot, Año Nuevo de los Árboles, es conmemorado a través de bendecir antes y después de la degustación de frutos nuevos de la estación, especialmente las especies de frutas de la Tierra de Israel: aceituna, dátil, uva, higo y granada (trigo y cebada son las otras dos especies con la que las Tierra de Israel fu bendecida). Al comer los frutos y recitar las bendiciones reconocemos a Di-s como el Creador del mundo, de la naturaleza y de todo lo que contiene.

Además, una analogía entre el árbol y el ser humano puede ser hecha. Así como el árbol está en constante crecimiento, también nosotros debemos crecer; de igual manera como produce sus frutos, también nosotros debemos producirlos. En Tú Bishvat (15 de Shvat) debemos renovar el crecimiento personal, así como los árboles comienzan a absorber la humedad y los nutrientes de la tierra.

La raíz simboliza la conexión con la fuente, nuestra fe; el tronco representa la parte principal que sostiene y representa el estudio de la Torá y el cumplimiento de los preceptos, y el fruto está conectado con el resultado: la meta alcanzada, nuestra influencia positiva y continua en la preservación de nuestros valores. Debemos constantemente acordarnos que por encima de la naturaleza se encuentra Di-s "regando" a sus hijos a través del legado del estudio y práctica de la Torá, los verdaderos recipientes de bendiciones para que puedan crecer continuamente en todas las estaciones.

Pregunta:

¿Por qué es necesario saber la fecha del "Año Nuevo de los Árboles"?

Respuesta:

El calendario hebreo está establecido de acuerdo a un ciclo de siete años. El séptimo año es conocido como el año de Shemitá (año sabático), durante el cual la tierra se deja ociosa y no se hace ningún trabajo en los campos. En el primer, segundo, cuarto y quinto año del ciclo de seis años, los agricultores tienen que separar el "primer diezmo" (maaser rishón) destinado a la tribu de Levi, y el "segundo diezmo" (maaser shení) se trae a Jerusalén para ser consumido allí. En el tercer y sexto año, se da el "diezmo del pobre" (maaser aní) en lugar del segundo diezmo. Los diezmos deben ser dados de las frutas que crecen en los árboles cada año. Uno no puede dar el producto del año actual para otro año. Para el diezmo de los árboles, el año nuevo se calcula desde el momento en que las frutas de los árboles comienzan a florecer. Tu BiShevat es la fecha límite entre un año y el siguiente. En el año que sigue al año de Shemitá, los frutos que florecieron antes de Tu BiShevat pertenecen al primer año del ciclo, y los frutos que florecieron después de Tu BiShevat pertenecen al segundo año del ciclo.

Pregunta:

¿Cuál es la base de la discusión entre la Casa de Shamai y la Casa de Hillel con respecto a la fecha del Año Nuevo de los Árboles?

Respuesta:

La Mishná (Rosh Hashaná 16a) establece que en la festividad de Sucot (celebrada el 15 de Tishrei) el mundo es juzgado con respecto al agua. Esto no contradice la opinión en el Talmud que en Rosh Hashaná (el 1 de Tishrei) todo el mundo es juzgado, porque el juicio de Rosh Hashaná es un juicio general que solo crea el potencial para que se dé el agua. La determinación práctica y detallada con respecto al agua tiene lugar en Sucot. De acuerdo al Talmud de Jerusalén (Rosh Hashaná 1:2), el significado del Año Nuevo de los árboles es que hasta ese momento todos los árboles viven del agua del año anterior. Después del primer día del mes de Shevat los árboles derivan su fuente de vida del agua del nuevo año. Por lo tanto, el efecto de la nueva agua ocurre cuatro meses después del periodo de juicio. La disputa entre las escuelas de Shamai e Hillel, entonces, se basa en sus respectivas perspectivas sobre la importancia de lo potencial (bekoaj) en contraste a lo ya realizado (bepoel). La escuela de Shamai es de la opinión que lo potencial es de más importancia. Consecuentemente, de acuerdo a Shamai, dado que en potencial el juicio del agua tuvo lugar en el primer día del mes de Tishrei, cuatro meses después celebramos el Año Nuevo de los árboles, cuando potencialmente ellos comienzan a nutrirse de las aguas que fueron incluidas en el juicio de todo el mundo cuatro meses antes. Sin embargo, de acuerdo a la escuela de Hillel, se le da la prioridad a lo tangible. Así, la decisión tangible sobre el agua tiene lugar el 15 de Tishrei. Por lo tanto, cuatro meses después, el 15 de Shevat, los árboles comienzan a vivir de las nuevas aguas.

Pregunta:

La Torá establece que "el hombre es como el árbol del campo" (Deuteronomio 20:19). El pueblo judío ha sido comparado con diferentes árboles. ¿Qué lección puede el hombre aprender de los árboles?

Respuesta:

Los árboles nos enseñan lo siguiente: Un árbol se planta primero poniendo una semilla en la tierra. Luego, es necesario regar frecuentemente el suelo y quitar las malas hierbas. En cada uno de nosotros, Di-s plantó una semilla Divina, el alma. Es la obligación del hombre regarla con estudio de Torá y protegerla contra malas compañías e influencias. Un árbol sano continúa creciendo y creciendo. Uno debe crecer espiritualmente en forma continua. Esto se logra a través del estudio de la Torá y el cumplimiento de sus preceptos. Para asegurarse que un árbol joven crezca recto, se lo ata a dos soportes, uno en cada lado. Para asegurarnos que un niño crezca en forma hermosa, los padres siempre deben estar a su lado y supervisarlo constantemente. La fortaleza del árbol depende de cuan bien enraizado está en el suelo. La raíz del judío es su fe de la cual se nutre toda su estructura. La belleza de un árbol es la fruta que produce. Las Mitzvot y los buenos actos son los frutos del hombre.

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