viernes, 31 de diciembre de 2010

Parashá Shavua: Vaerá - (Y me aparecí). 25 Tebet 5771 (1 de Enero de 2011).¿Cómo se construye la Emuná (fe)?


¿Qué lógica tiene el orden de las plagas traídas contra los egipcios? ¿Qué misterios encierra el acróstico que se encontraba grabado, desde los días de la creación del mundo, sobre el bastón de poder que portaba Moshé?

Nos relata el Midrash: "le dijo: ¿cómo traeré sobre él diez plagas? Le respondió: este bastón tomarás en tu mano (Shemot 4,17). Dijo Rabí Yehudá: el bastón pesaba cuarenta sea, y era de sampirín, y las diez plagas estaban grabadas en él en forma de acróstico: DaTzaJ (dam, sangre; tzefardea, rana; kinim, piojos), AdaSh (arov, mezcla de animales; déber, epidemia; shejin, llagas), BeAJaV (barad, granizo, arvé, langosta, jóshej, oscuridad, vejorot, primogénitos). Le dijo Dios: con este instrumento traerás sobre él diez plagas".

El acróstico del bastón de Moshé lo conocemos todos por la lectura de la Hagadá de Pésaj, sin embargo en el relato de Pésaj nos encontramos con un texto escueto: "Rabí Yehudá solía describir las plagas con ciertos acrósticos: DaTzaJ, AdaSh, BeAJaV". Quien profundiza en la explicación de este texto de Rabí Yehudá, es proclive a pensar que toda su finalidad es proporcionar una ayuda de memoria, un acróstico nemotécnico que nos permita recordar el orden de las plagas.

Sin embargo, este acróstico tiene un significado más profundo, es descrito en el Midrash como un "instrumento" que por medio del cual Moshé golpeará a Egipto. Están las iniciales de las plagas grabadas en él, según nuestros sabios maestros (cf. Avot 5,6) fue una de las diez entidades de poder que fueron creadas la víspera del primer shabat cósmico, precisamente en un momento denominado "ben hashemashot" (el lapso de tiempo que va desde el ocaso hasta la salida de las estrellas), y podemos preguntar por su significado más profundo hasta donde pueda nuestro entendimiento escudriñar.

Ya el comentario "Lékaj Tov" distinguió que la división de las plagas en grupos de a tres no es algo casual, en cada una de estas tríadas dos plagas tenían advertencia previa mientras que en la tercera no había advertencia, así las plagas de piojos (kinim), llagas (shejin) y oscuridad (jóshej) golpearon a los egipcios sin que fueran previamente advertidos. Las iniciales de estas plagas forman en hebreo la palabra KaJaSh, que significa "silenció, no manifestó", lo cual podemos ver dentro del acróstico de Rabí Yehudá si ponemos atención en las letras finales de cada una de las tres palabras que forman las iniciales, es decir siguiendo a "Lékaj Tov" la finalidad de Rabí Yehudá en proporcionarnos las iniciales de las plagas en grupos de a tres es mostrar en orden interno de ellas. Este orden interno está basado en un sistema que agrupa el orden de las plagas en forma de tríadas, siguiendo un modelo que expresa la forma que estas golpearon a Egipto, desde el punto de vista de la advertencia o carencia de ella en su realización. La primera de cada uno de estos grupos (sangre, mezcla de animales y granizo) fue anunciada al borde del Nilo, mientras que en las plagas intermedias (ranas, epidemia y langosta) el Faraón fue advertido en su casa, y las últimas, como ya dijimos golpearon sin aviso previo.

Don Isaac Abravanel fue uno de los primeros que distinguió que el orden de las plagas y el lugar donde fueron anunciadas no eran un elemento casual del relato del éxodo, sino que tenían un contenido de tipo filosófico, una finalidad que desde la perspectiva de la Emuná (fe) se relacionaba con las otras plagas que conformaban cada uno de las grupos. La advertencia precisamente hecha sobre las orillas de Nilo, el dios de Egipto, define el fin teológico del orden de las plagas que seguirán y es posible contemplar como esta finalidad se concreta por medio de las plagas que pertenecen a cada una de las tríadas.

La finalidad del primer grupo, sangre, ranas y piojos, es esencialmente el reconocimiento de la existencia de Dios, dentro de un marco que claramente diferencia entre la existencia de un Dios verdadero y la existencia de poderes imaginarios y la fuerza impura de los brujos y hechiceros según sus especies, los cuales llenaban la tierra de Egipto. En la advertencia sobre la orilla del rió que precede a la plaga de sangre, se define esta finalidad teológica: "con esto sabrás que Yo soy el Eterno" (Shemot 7, 17). En el trascurso del tiempo que las plagas de sangre y ranas golpearon a Egipto lograron los brujos imitarlas con diferentes hechizos, sin embargo en la tercera plaga se logra el objetivo esencial de este grupo y los brujos debieron reconocer que la aparición de los piojos no podía ser sino "el dedo de Dios" (8,15).

Después que se construyó este primer peldaño en la escalera de la Emuná, es decir el reconocimiento básico en la existencia de Dios, es designada la segunda tríada de plagas, mezcla de animales, epidemia y llagas, para agregar un segundo peldaño, un escalón que afirmará la supervisión cósmica del Creador. En su libro "El Kuzarí" Rabí Yehudá Haleví trae la famosa tesis del filósofo que reconoce la existencia de un Creador pero niega que la divinidad pueda tener alguna relación con el mundo que creó, dentro de una visión general que se desentiende del principio del premio y el castigo, y de la distinción entre un justo y un réprobo. Sin embargo, frente a opiniones de este tipo, fija en forma rotunda la advertencia sobre la orilla del Nilo que se realiza previa a la plaga de mezcla de animales: "separaré en aquel día la tierra de Goshen que mi pueblo habita, para que no haya allí mezcla de animales, de tal modo sabrás que Yo soy el Eterno dentro de la tierra" (8,18). De tal modo las plagas que pertenecen a este grupo acentúan la distinción entre Israel y Egipto, e incluso entre el rebaño de Israel y aquel de Egipto, para que aprendamos la supervisión universal de Dios sobre sus criaturas y la distinción que hace entre los justos y los réprobos.

El tercer peldaño se define dentro de la advertencia que precede a la plaga del granizo, que abre el tercer grupo: "para que sepas que no hay como Yo en toda la tierra" (9, 14). Según el sistema psico-cultural pagano imperante en Egipto, incluso después que una persona haya reconocido la existencia de Dios y su supervisión cósmica, siempre es proclive a pensar que ciertamente la Divinidad es poderosa, pero es un poder entre otros. Por este motivo se acentúa en estas últimas plagas lo especial de cada una de ellas; en el granizo – "muy pesado que no hubo como este en la tierra de Egipto desde que existe hasta ahora..." (9,18); langosta – "que no vieron tus padres ni los padres de tus padres desde el día que estuvieron sobre la tierra hasta ahora..." (10,6). La plaga de la oscuridad expresa también lo exclusivo del poder divino, que muestra el control de Dios sobre el presuntamente más fuerte de todos los dioses egipcios, el sol.

La plaga de la muerte de los primogénitos representa el golpe final de este instrumento que es el bastón de poder de Moshé, que incluye dentro suya la combinación de los tres peldaños que conforman la escalera de la Emuná, el primero se expresa en la acentuación del hecho que Dios la realiza por si mismo: "Yo saldré dentro de Egipto" (11,4); Yo – y no un ángel; Yo – y no un serafín. El segundo peldaño se acentúa en el hecho de la distinción entre los primogénitos egipcios y aquellos de Israel, e incluso entre esos que pusieron la sangre en los dinteles de las puertas y aquellos que se abstuvieron de hacerlo. Finalmente el tercer peldaño lo observamos en la descripción del gran grito que llenó la tierra del Faraón "en toda la tierra de Egipto que como ese grito no hubo y no habrá..." (11,6)

Después de reflexionar en estos conceptos, según como los expresa Abravanel, es posible comprender un poco más el misterio que envuelve el acróstico grabado sobre el bastón de poder que portaba Moshé, que se encontraba allí desde los albores de la creación universal. Podemos por lo tanto hacernos eco de Abravanel para explicar que el orden de las plagas contiene un sentido esencial y no es un mero hecho casual, menos aun el acróstico grabado en el bastón de poder y que es descrito por Rabí Yehudá son las señales que acentúan el plan que trasciende los simples hechos del éxodo; en la sucesión de las plagas y en la descripción de sus acontecimientos, advertencias y lugares se va construyendo un concepto clave para la vida del pueblo judío en el futuro, las ideas básicas de la Emuná, existencia de Dios, supervisión universal y el principio de la recompensa y castigo que incluye la distinción entre el justo y el réprobo.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Juzgar para bien


En la ciudad de Vilna vivía un estudioso muy grande apodado el Rasha`sh, cuyos escritos se estudian hasta hoy día en las escuelas talmúdicas.

El Rasha`sh administraba minuciosamente un fondo de préstamos sin intereses de la comunidad, para garantizar la devolución de los préstamos.

Cierto día una de los Iehudim del lugar quien había tomado prestado cien rublos, al llegar la fecha del vencimiento busco al Rasha`sh para efectuar el pago y lo encontró en la casa de estudios, enfrascado y profundizando dentro de un libro.

El deudor linformó que venia a pagar la deuda y el Rasha`sh sacudió la cabeza, lo que fue interpretado como un gesto de aceptación, aunque en realidad el Rasha`sh ni se había percatado de la llegada del hombre, quien dejó un billete por la misma cifra junto al libro de estudio para luego marcharse.
A terminar el Rasha`sh de estudiar, cerró el libro quedando el billete dentro del mismo.

Cuando más tarde reviso las cuentas del fondo de préstamos y notó que aun faltaba cancelar una deuda de cien rublos mandó a llamar al deudor para que pagase el préstamo.

-¡Pero ya se lo pague el día del vencimiento en la casa de estudio!

El Rasha`sh que no recordaba el suceso pensó que el hombre estaba mintiendo y le advirtió que pagara ya que de lo contrario estaba robando fondos comunitarios, lo cual era muy grave.

Mientras tanto toda la congregación al enterarse de la negativa del hombre a pagar y en la forma en que mentía, se indigno en sobremanera al ver como pagaba mal por bien a cambio del favor recibido con el préstamo.

Y a tal punto llegaron las cosas que el hijo del deudor avergonzado por la acción de su padre tuvo que dejar Vilna para vivir en otro sitio.

Pasado un tiempo el Rasha`sh tuvo necesidad de investigar un tema en el mismo libro que estudiaba el día del vencimiento y para su sorpresa encontró dentro del mismo el billete de 100 rublos.

Sentimientos de culpabilidad lo sacudieron y de inmediato llamó al hombre para preguntarle que debía hacer para que lo perdone. Si le parecía suficiente que públicamente le pidiera perdón y explicara frente a todos el error que había cometido al pensar que no había recibido el pago.

Le respondió el pobre hombre diciéndole que no ganaba nada con esto ya que el público no creería en la disculpa de un rabino tan grande y pensaría que solo lo hacia para salvarlo de la vergüenza..

De todos modos quedaría frente a la comunidad como un mentiroso y aparte que no serviría de nada el pedir perdón en lo relacionada con su hijo que dejo Vilna por tanta vergüenza sufrida.

El sabio tuvo un pensamiento: -¡Manda buscar a tu hijo y yo lo tomaré como esposo para mi hija!
De esta forma tengo esperanzas que la gente creerá por fin en tu inocencia y tu decencia.

Así se hizo y el deudor se convirtió en consuegro del sabio de la generación el Rasha`sh.

Conclusión:

1- Hay que pensar bien de todo yehudi, ya que este hombre en verdad había pagado su deuda, y todos pensaron que era un malvado.

2- Quien hace sufrir a cualquier yehudi, esta obligado a buscar la forma de lograr el perdón y devolver el honor al ofendido.

martes, 28 de diciembre de 2010

LA MARAVILLA QUE ERES TÚ


El cuerpo requiere más energía y más oxígeno, y asimismo, los músculos exigidos expelen más dióxido de carbono y ácido láctico que provocan molestias y deben ser descartados. El cerebro nota esto, y da la orden al corazón para que trabaje más rápido. Las arterias que irrigan a los músculos se dilatan, mientas que el resto de las arterias se contraen y estos órganos deberán seguir funcionando momentáneamente con menos sangre.

No pensamos que somos maravillosos. Pero eso se debe a que no nos conocemos.

Y eso de no conocernos, no se reduce solamente a un aspecto muy real de nuestras vidas, que ya hemos abordado en otras oportunidades, refiriéndonos a que (muchos de nosotros) ni siquiera hemos ahondado en nuestra conducta, y que creemos - y nos convencemos - que siempre tenemos las mejores intenciones, que hablamos con sinceridad, que actuamos con coherencia, etc.

La verdad es que no solamente no nos conocemos en lo referente a nuestras actitudes, sino que ni siquiera nos conocemos físicamente.

Quizás a Ud. le resulte extraño siquiera recapacitar sobre esto.

¡Cómo podemos no conocernos, si el hombre (ni qué hablar la mujer...) moderno se examina frente al espejo más tiempo que en cualquier otra época de la historia !

El espejo se encuentra en “la cartera de la dama, en el bolsillo del caballero”, frente al acompañante en el auto, en el ascensor, en el palier de entrada del edificio, en el baño, (todo esto aparte de muchos sitios adicionales que reflejan nuestra imagen, y en los que uno se mira a sí mismo en caso de urgencia, como p.ej. vidrieras, etc.).

Efectivamente conocemos nuestra imagen externa (a pesar que existen muchas personas a las que no les gusta su propia imagen, y por eso, al verse en una foto, de inmediato les surge el “que horrible que salí..”, para que otro responda: “¡de qué hablás, si saliste muy hermosa!”).

Sin embargo, esta visión de uno mismo se reduce a su aspecto exterior - y no a su funcionamiento corporal.

¿Y qué sucede en nuestro interior?

La mayoría de las personas recién se enteran del funcionamiento de su cuerpo, con el que conviven desde antes de nacer, cuando - D”s libre - tienen algún problema de salud, ellos o un ser allegado.

En aquel momento se interesan, averiguan, leen, preguntan - y se enteran de uno de los millones de detalles que hacen a que nuestro organismo tan complejo, funcione y cumpla las miles de funciones que lleva a cabo cotidianamente en armonía, e interactuando de manera simultánea.

Pero: ¿acaso no estudiamos todo eso en la escuela? Seguramente que sí.
Pues: ¿por qué no recordamos alguna clase de biología o de anatomía?

Esa es otra cuestión. Nuestro sistema escolar con sus infaltables exámenes, notas, boletines y presiones varias, que se suman a la actitud popular de “zafar” de las obligaciones, más la “ley del menor esfuerzo”, y el poco interés de la sociedad en general por las cosas serias y por el saber, todos juntos atentan contra el estudio que requiere tanto esfuerzo (y que deja tan poco en nuestros cerebros...).
Es así que para muchos de nosotros, la biología, al igual que tantas de las materias que hemos aprendido en la escuela, nos dejan solamente recuerdos de sinsabores de nuestra juventud, y uno de los aspectos más fascinantes de nuestra existencia, pasa desapercibido ante nuestros propios ojos.

Efectivamente, nuestro cuerpo constituye una maravilla. Es el obsequio que D”s le dió a cada persona para que se pueda desarrollar en este mundo y cumplir su rol.

En distintos lugares del TaNa”J y del Talmud se hace referencia a este concepto, e incluso recitamos una bendición en distintas ocasiones, alabando a D”s por la perfección y armonía de nuestro cuerpo.

Si bien a algunos les costará creerlo, no somos los dueños de nuestro cuerpo. Por el contrario, se nos considera responsables por su cuidado, tenemos prohibido ponerlo en riesgo innecesariamente y no lo debemos mutilar. (Respecto a las cirugías estéticas, se debe realizar una consulta halájica con expertos en el tema, y el tatuaje está directamente prohibido).

Volviendo a nuestro cuerpo, intentaremos analizar sus distintas partes, a fin de agradecer a D”s por haberlo dado y mantenerlo, y también para transmitir lo que los Sabios han enseñado a partir de su atenta observación de esta creación de D”s.

Mientras palpite mi fiel corazón

Cada miembro y cada órgano del cuerpo está diseñado de manera extraordinaria, y cumple su función de modo increíble. Aun si no somos médicos, biólogos o profesores de anatomía, verlo todo en conjunto funcionando, maravilla y deja pasmado al observador.

Comenzaremos analizando la actividad de nuestro corazón.

Nuestro organismo necesita alimentarse con los nutrientes que consumimos, y así también requiere que el oxígeno que entra a nuestros pulmones, llegue a cada parte de nuestro cuerpo.
Asimismo, el cuerpo genera muchos desechos que se deben descartar.

El medio por el cual estos elementos vitales alcanzan su destino es la sangre, que llega a los lugares más remotos del cuerpo mediante un sistema de arterias, venas y vasos sanguíneos capilares. Todas las células del organismo se encuentran a escasa distancia de estos vasos, de manera que siempre estarán provistas de los medios que las mantienen con vida.

Pero... ¿cómo llega la sangre a todos estos sitios distantes?, ¿quién la mueve?

No es otro, sino nuestro fiel corazón. Desde antes que nazcamos y por muchos años, trabaja durante el día y la noche, sin cesar. Este músculo jamás se toma un descanso, y bombea continuamente la sangre hacia sus destinos. La dirige hacia el pulmón para que se oxigene, al hígado para que se filtre, y la envía al resto del cuerpo para hacerle llegar los nutrientes. ¡Cinco a seis litros de sangre - toda la que tenemos - circulan por el cuerpo cada minuto!

Ahora bien, estos vasos capilares son muchísimos. Si quisiéramos hacer el ejercicio (no lo recomiendo), y los pondríamos a todos en forma lineal, uno al lado del otro - ¡esta vía se extendería varias veces alrededor de toda la tierra!

Y el corazón le envía sangre a cada uno de estos vasos a cada instante. ¿Entendemos, pues, por qué es importante cuidar de no excederse en el peso?
Porque esto agrega un número enorme de vasos adicionales a los que hay que alimentar - ¡pobre nuestro corazón! - aparte del peso adicional que cargamos y que lo obliga a trabajar mucho más.

La velocidad con la que se contrae y se relaja el corazón no es siempre la misma. Habitualmente, esto sucede unas setenta a ochenta veces por minuto, o sea, más de cien mil veces al día, o sea, cuatro mil trescientos veinte millones de latidos en la vida...

Y no creamos que su trabajo es liviano: equivale a levantar un peso de seis kilogramos a una altura de un metro cada minuto. Luego de apenas hacerlo unas veces, cualquiera de nosotros estaría extenuado y requeriría un merecido descanso. Pero el corazón ¡nunca se cansa! - casi...
En realidad reposa efectivamente - durante fracciones de segundos entre un latido y el próximo (vacaciones muy cortas, pero - algo, es algo...).

También cuando descansamos el corazón - obviamente - sigue latiendo, pero a un ritmo menos acelerado.

Sucede, a veces, que nuestro corazón necesita trabajar más: cuando corremos o hacemos ejercicios. En esas situaciones el corazón puede llegar a latir a una velocidad de hasta 180 latidos por minuto, y bombear muchos litros de sangre más que lo que haría normalmente.

¿Por qué?

El cuerpo requiere más energía y más oxígeno, y asimismo, los músculos exigidos expelen más dióxido de carbono y ácido láctico que provocan molestias y deben ser descartados. El cerebro nota esto, y da la orden al corazón para que trabaje más rápido. Las arterias que irrigan a los músculos se dilatan, mientas que el resto de las arterias se contraen y estos órganos deberán seguir funcionando momentáneamente con menos sangre.

El corazón está rodeado y protegido por una membrana llamada pericardio, y toda esta máquina brillantemente diseñada, está protegida por la caja torácica.

La sincronización

El corazón está compuesto por dos bombas que se encuentran una al lado de la otra, y cada una tiene una cámara superior y una cámara inferior. No hay conexión directa entre los dos lados del corazón. Su diseño se asemeja a una casa de dos pisos con dos habitaciones en cada piso.

Cada una de las “habitaciones” tiene una tarea claramente definida y altamente especializada. Y la sincronización es esencial. La sangre que transporta el oxígeno desde los pulmones, entra en la cámara superior izquierda (aurícula izquierda). Esta cámara se contrae, presionando la sangre a través de la válvula mitral hacia la cámara inferior izquierda (ventrículo izquierdo). A medida que el ventrículo se llena, la válvula se cierra por la fuerza de la presión.

Una fracción de segundo más tarde el ventrículo izquierdo se contrae, bombeando la sangre por la arteria principal del organismo, la aorta. Esta cámara es la más musculosa de todas, pues a través de esa contracción, envía la sangre a su recorrido de 100.000 Km.

La sangre hace todo el viaje desde el corazón hasta las últimas partes del cuerpo y de regreso al corazón en unos 60 segundos.

¿Le parece eficiente?

La sangre que vuelve, entra en la cámara superior derecha del corazón (aurícula derecha). Ésta se contrae, enviándola a través de la válvula tricúspide hacia la cámara inferior derecha (ventrículo derecho).

Una fracción de segundo más tarde, esta cámara ya llena y con la válvula cerrada por diferencia de presiones, se contrae y expulsa la sangre hacia los pulmones a través de la arteria pulmonar, para evacuar su carga de dióxido de carbono no deseado, y obtener nuevo suministro de oxígeno.
Entendemos, pues, por qué tiene que haber un retraso de fracciones de segundos entre la contracción de las cavidades inferiores y las cámaras superiores. Sería de poca utilidad que los ventrículos se contraigan si la sangre aún no ha llegado desde las cámaras superiores. De ahí lo delicado de la sincronización.

La fuerza que provoca que las cámaras se contraigan y lleven a cabo su tarea vital de bombeo es la carga eléctrica contenida en los mismos músculos del corazón: el impulso eléctrico cardíaco. Sin embargo, sin un control interno, el ritmo de los latidos del corazón, no sería suficiente para satisfacer las demandas hechas por la amplia gama de actividades del organismo.
De ahí la necesidad del marcapasos!

¿Quién marca el paso del corazón?

El marcapasos natural del corazón, el nódulo sinusal, marca el ritmo del corazón y se halla situado en la pared de la aurícula derecha. Envía impulsos eléctricos al nódulo aurículoventricular, y luego de un retraso de fracciones de segundo, continúa desde allí a todo el músculo cardiaco, haciendo que este músculo se contraiga y se relaje.

Pero... si la contracción seguiría directamente hacia los ventrículos, se contraerían demasiado pronto, porque aún no se habrían llenado de sangre!

¡No se preocupen, todo ha sido pensado!

Todo este complejo mecanismo es posible gracias a un tipo especial de músculo que sólo existe en el corazón. Se denomina miocardio, y combina las propiedades de las otras dos clases de músculos que se encuentran en el resto del cuerpo: el músculo estriado y el músculo liso.

Los estriados, como los que tenemos en los brazos y las piernas, son músculos voluntarios; se mueven con rapidez, siguiendo órdenes, pero también se cansan muy rápido. Los músculos lisos, como los del estómago y los intestinos, son músculos involuntarios; no pueden moverse a voluntad y son incansables. El músculo cardíaco es liso y estriado. Mantiene latiendo el corazón constantemente, pero puede cambiar de ritmo durante períodos de tiempo cortos cuando es necesario.

¡Increíble!

¿Nuestro corazón necesita “comer”?

Más bien que sí. Puesto que es el músculo que más trabaja, requiere alimentarse correspondientemente. Sin embargo, el corazón no se alimenta con la sangre que bombea, sino que tiene su propio flujo de nutrición por las arterias coronarias que se ocupan del tema.

Es dudoso que encuentre otra máquina en cualquier lugar del mundo donde la necesidad de la sincronización exacta sea tan importante.Es dudoso también si en cualquier parte del mundo se encuentra una máquina que requiera tal grado de complejidad y sofisticación en su construcción, y que, sin embargo, funcione tan eficientemente.

¿Por qué creemos que el corazón representa los sentimientos?

Por último, sabemos que la expectativa ante algo especial que creemos que está por suceder también provoca palpitaciones: al sentir miedo, o la excitación por encontrarnos con alguien, lo sentimos en los latidos acelerados de nuestro corazón. También este fenómeno tiene su explicación fisiológica, pero no vamos a ahondar en ella ahora, sino en su significado.

Como veremos a continuación, en las palabras de la Torá y luego de los Sabios, el corazón es efectivamente el símbolo de los sentimientos humanos, de sus intenciones y designios, de su voluntad y tesón, de sus inclinaciones y pasiones y de su intelecto. Citaremos, pues, algunos ejemplos que avalan algunos de estos conceptos.

En primer lugar, nos enseñan la importancia de identificarse con el dolor ajeno: “Del mismo modo que el corazón que se identifica con el prójimo, siente su dolor en el corazón, así también se sienten las alegrías primero en el corazón, y (por tal motivo) en el futuro, en el momento de la redención, D”s consolará al corazón antes que a los demás miembros del cuerpo” (Midrash Rabá, Shmot 19:1).

Así también las personas que se solidarizan con el sufrimiento del otro, son las primeras que oportunamente serán reconfortadas y revividas por la Presencia Di-vina.

Así entendemos también la conclusión a la que llegó Rabí Iojanán ben Zakai cuando entre todas las respuestas que dieron sus alumnos al pedirles: “Salgan a analizar cuál es la cualidad que debe procurar el hombre”, eligió como más valiosa y abarcativa la de Rabí Eleazar ben Araj, que dijo: “un buen corazón” (Pirkei Avot 2:9).

En este contexto, no podemos dejar de mencionar la famosa frase de los Sabios: D”s requiere el corazón (de la persona - Sanhedrín 106:)

Asimismo, nos señalan al corazón como asiento de la voluntad de la persona: “Los malvados están en manos de su corazón, mientras que los tzadikim tienen su corazón en sus manos” (Midrash Rabá, Bereshit 34:10).

Lo cual se entiende - en otras palabras - que la gente sin escrúpulos morales está entregada desenfrenadamente a sus pasiones, sin poder impedir caer presa de sus impulsos, mientras que los justos que actúan según sus convicciones, dominan sus inclinaciones y propensiones, canalizándolas según lo que entienden correcto.

Por lo tanto, en el Shmá diario se nos advierte sobre no desviarnos tras “los ojos y el corazón”, pues “el corazón y los ojos son los dos espías al (servicio) de la persona” (Midrash Rabá, Bamidbar 17), si no están correctamente encaminados.

Todos los días colocamos los Tefilín. Aquel que se ubica en el brazo, se sitúa por ese motivo a la altura del corazón.

También en el Shmá, cuando la Torá nos exige amar al Todopoderoso, se manifiesta con la expresión: “con todo tu corazón”, duplicando la letra “Bet” en la palabra “levavjá”. Esto se entiende en el sentido de servir a D”s con ambas inclinaciones: la propensión hacia lo espiritual, y la atracción hacia lo material. Es así, que se nos requiere ser íntegros en nuestra devoción hacia el Todopoderoso: “D”s advierte a Israel: ‘cuando ustedes recen, no lo hagan con doble corazón’” (Midrash Tanjumá, Ki Tavó 1).

Únicamente respecto a los ángeles (quienes no poseen una opción moral como la tenemos los seres humanos), se habla en términos de “lev” (corazón) con la “bet” única: “Satisfagan vuestro corazón” (Midrash Rabá, Bereshit 48:11).

No solamente se habla del corazón como sede de los sentimientos, sino como “residencia” del intelecto, y se nos hace saber que distamos en nuestro entendimiento y capacidad respecto a las generaciones anteriores: “El corazón de las generaciones anteriores era (grande) como el portón de la antesala (del Bet haMikdash - Ulam), el de las siguientes (era grande) como la puerta del Santuario (Heijal), y el de las actuales es (pequeñísima) como el orificio de una aguja (Eruvin 53.).

Reconociendo este fenómeno, debemos actuar con reverencia y deferencia en cuanto a las enseñanzas de quienes nos precedieron.

Dejamos por hoy, pues el tema es muy largo. Les deseamos todo lo mejor - de todo corazón.

Daniel Oppenheimer .http://ajdut.com.ar/

jueves, 23 de diciembre de 2010

Una historia sorprendente


Un rabino en Dallas, Texas. Recibió el llamado de un hombre que quería hacer una contribución Para su sinagoga (esa no es la parte sorprendente). Ellos se encontraron. El rabino llevó al hombre a conocer las dependencias de la sinagoga y le contó acerca de los programas educacionales para la comunidad. El hombre hizo un cheque de dos mil dólares para el rabino.

El rabino, sin embargo sentía curiosidad en relación al motivo que llevó a aquel hombre, ciertamente judío pero claramente no ortodoxo ni versado en judaísmo, a hacer una contribución a la si¬nagoga. El hombre le respondió con un fuerte acento tejano: "Rabino recientemente estuve en Jerusalén en el Muro Occidental (Kotel HaMaaravi). Allá vi a un hombre rezando con tanto fervor, con tanta concentración que quede conmovido hasta a las profundidades de mi alma. Yo quise demostrar cuánto me había tocado aquel he¬cho, no quise ofender al hombre dándole dinero. Entonces de¬cidí que cuando volviera a Dallas, haría una donación a una sina¬goga donde aquel hombre se sintiese cómodo para rezar".

El donante continuó: "Cuando volví a Dallas fui a una panadería kasher y describí al hombre que había visto en el Hotel -el largo saco negro, el sombrero negro grande, peot- y pregunté donde un hombre como ese se sentiría bien rezando. Rabino, ellos me indica¬ron su sinagoga ¡y aquí estoy!".

El hombre y el rabino se hicieron buenos amigos, estudiaban juntos de vez en cuando y compartían las simjes, ocasiones alegres de sus familias. Con el pasar de los años, el hombre y su familia se convirtieron en los principales sostenedores de la sinagoga y de los esfuerzos para ampliar los programas educacionales judíos.

Aquí viene la parte interesante: el hombre de Jerusalén volvió para su casa después de rezar en el Kotel y su esposa le pregun¬tó “Nu, Berel, ¿cómo fue tu día?”, y Derel respondió: "Nada nuevo”. Ahora imaginen: después de sus 120 años de vida, Berel va para el Olam Habá (Mundo venidero), es recibido en los Cielos con el equivalente espiritual de una banda y un desfile militar y llevado ante la presencia del Todopoderoso . El Creador dice a Berel: “Berel, Yo te elogio de todo corazón por lo que hiciste por la educación del pueblo judío en Dallas”. Berel, que nunca en su vida había salido de la Tierra Santa queda perplejo y responde: “¿Qué es Dallas?”.

Como en toda buena historia, ¡he aquí una lección para nosotros! Todas y cada una de nuestras acciones tienen ramificaciones que causan un impacto que va mucho más allá de nuestra limitada capacidad deentendimiento. Por lo tanto, debemos siempre pen¬sar dos veces si estamos dispuestos a dejar pasar una oportunidad de ayudar a alguien o de haces alguna cosa que sería mejor no ha¬cer. En un nivel más elevado, aun aquellas acciones que ni pensa¬mos que otros puedan haberlas notado, tengan tal vez consecuencias significativas, en éste y en el próximo Mundo.

No es de sorprender que nuestros Sabios nos dicen en Pirkei Avot, Ética de los Padres (un libro con seis capítulos de sabiduría judía que cambiara su vida!): Presta atención a tres cosas y no transgredirás: Sabe que hay por encima de ti: un Ojo que observa, un Oído que oye y todas tus acciones son anotadas en un Libro”. ¡La batalla por la vida es una batalla para estar siempre atentos y conscientes!
(www.kaalov.org.ar)

martes, 21 de diciembre de 2010

Parashá Shemot - (Nombres). 18 Tebet 5771 (25 de Diciembre de 2010).Comentarios


Primer comentario (Boletin Judaicasite www.judaicasite.com)
Segundo comentario (Rab Moshe Hoffer,
fabibbk@einstein.com.ar)
Tercer comentario (Rab Daniel Oppenheimer, www.ajdut.com.ar)



Primer comentario - El Examen nuestro de cada día


"El lugar sobre el que estas parado, tierra de santidad es" (Shemot/Exodo 3:5)

El Jafetz Jaim comenta que cuando una persona se encuentra en una circunstancia complicada o absorbente, frecuentemente se dice: "Cuando Hashem mejore o aliviane mi situacion, ENTONCES podre estudiar Tora
y cumplir mas mitzvot". Y la persona se envuelve mas y mas en sus problemas hasta posponer todas sus obligaciones. Es a esta realidad en particular que el versiculo se puede aplicar: "El lugar sobre el que estas parado...". En otras palabras, si la situacion es dificil, ES EXACTAMENTE en esa situacion que Hashem desea que la persona Lo sirva.

Todo ser humano recibe un numero de tests o pruebas cada dia de su vida. Estos pueden materializarse bajo diferentes formas: una prueba puede ser la riqueza, otras la pobreza, las desavenencias, las ofensas, los celos o, Di-s libre, la enfermedad. La forma en que pasamos cada prueba depende naturalmente de muchos factores pero ciertamente, entre los mas importantes estan nuestro bitajon (confianza) y emuna (fe)en Hashem, el alcance de nuestra percepcion de la Hashgaja Pratit (La Divina Providencia). Debemos saber que toda situacion, dificil o no, que se nos presente, debemos aceptarla como una oportunidad mas que se nos da para ascender espiritualmente, y es allí precisamente donde Hashem nos examina de acuerdo a nuestra reaccion y conducta.

Abraham fue probado por Hashem diez veces en su vida; la ultima de las pruebas (Akedat Itzjak) fue sin duda la mas dificil. Dice el Talmud (Trat. Sanhedrin): "Yo te He probado a ti (Abraham) en numerosas ocasiones y has pasado con éxito todas las veces. Ahora, mantente firme por Mi Nombre en esta prueba tambien, para que no sea dicho: no hubo verdad en las anteriores". Surge una interesante pregunta: "Aun si Abraham no hubiera podido pasar la prueba final, de ninguna manera podria eso disminuir el gran merito de haber pasado las anteriores, ya que la ultima era la mas dificil. Entonces, por que habria de decirse: no hubo verdad en las anteriores? Los exegetas explican que si Abraham no hubiese pasado la prueba de la akeda (atadura de Itzjak), podria pensarse que sus previos logros fueron resultado del hecho de que tenian mas sentido espiritual para el. Pero no hubieramos sabido como seria capaz de responder a una prueba que requiriera un absoluto Mesirut Nefesh (entrega y confianza total)como esta. Al aceptar tambien este dificil pedido de Hashem, Abraham demostro poseer un altisimo nivel de fe, confianza y autosacrificio, el mismo demostrado en todas las anteriores pruebas.

En la epoca actual, como antañio, estamos constantemente confrontados con desafios. En realidad, hoy dia se presentan muchas dificultades que casi no existian en pasadas generaciones.

Tenemos problemas con la crianza de nuestros hijos? O acaso nos cuesta mantener la armonia en nuestro hogar? Vivimos en soledad y tenemos poca comunicación con la gente? Perdimos el empleo que constituia nuestro medio de sustento? Aun no encontramos la pareja adecuada? En cualquier situacion que nos encontremos, debemos recordar que Hashem es Hakol Iajol, el Todopoderoso. El puede hacerlo todo. No importa el status en que una persona se halla hoy, las cosas pueden radicalmente cambiar para mejor. En nuestras plegarias decimos "Bore Refuot; Nora Tehilot; Adon Haniflaot" (Di-s crea la cura, es venerable (o temible) para las alabanzas, es el Señor de las maravillas). La primera frase significa que la cura es lograble. La segunda, nora tehilot, indica que aun si la cura no es obvia o aparente, una persona debe rezar a Hashem y haciendo eso sera respondido. La tercera frase nos debe hacer reflexionar en que, aun si los primeros pasos no han sido exitosos, El, que es el Senor de las Maravillas, puede cambiar todo en unos instantes. De hecho nosotros, Bene Israel, somos una nacion fundada sobre milagros.

Habia una vez un judio que paso a traves de los mas inimaginables horrores del Holocausto. Cierta vez, cuando averiguo que los Nazis habian planeado exterminar a todos los habitantes del guetto al dia siguiente, acudio a su Rebe y le pregunto si en esas extenuantes circunstancias le estaba permitido quitarse la vida. El Rebe simplemente le constesto: "Como podemos nosotros perder jamas las esperanzas si esta escrito: Ieshuat Hashem keheref ain -la salvacion de Hashem (llega) en un abrir y cerrar de ojos?". Y, naturalmente, un milagro en verdad ocurrio y los planes fueron misteriosamente cambiados. Y este judio sobrevivio a la guerra y pudo contar al mundo su historia.

Sepamos enfrentar las situaciones dificiles con entereza y fe porque "el lugar en que estamos parados es sagrado", es donde Hashem nos puso para probarnos y ver como respondemos. Recordemos que El no da a ninguna persona una carga mas pesada de la que puede soportar; y que la salvacion llega en el momento mas inesperado. Si supimos pasar bien la prueba, habremos ganado muchisimo: nos habremos fortalecido y elevado uno o varios peldanios en la escalera espiritual. Y esa es precisamente nuestra mision!! Tengamoslo presente!!

(Basado en Rab D. Goldwasser)

Segundo comentario - Nació para ser Líder

El libro Bereshit nos relata acerca del asentamiento de los iehudim en Egipto. Shemot nos comenta los acontecimientos que le ocurrieron a los iehudim que descendieron alli. Desde la cima en el tiempo de Iosef, hasta el abismo de la esclavitud a Parho, el desagradecido. Parho "el que no conocio a Iosef". A partir de la esclavitud en Egipto y en el transcurso de las generaciones, los iehudim hemos padecido distintos sufrimientos. Los exegetas de la Tora tratan de explicar los siguientes planteos: ¿Por que sufrimientos? ¿Por que exilio? ¿Por que un exilio tan dificil y tan cruel? ¿Por que de esta forma y no de otra? Al margen de las explicaciones a estas preguntas, mirando hacia atras, nosotros debemos agradecer, pues los problemas aportaron al caracter del pueblo. Por lo menos frente a un resultado educativo, se puede afirmar que no hubiese existido un avance sin ellos. Los problemas no fueron en vano. Nos referimos al grupo de personas debiles, a los que son minoria en la sociedad. A esa gente desprotegida. En esa epoca la mayoria que era fuerte hacia oidos sordos a esa clase de personas debiles. No podian concebir que ellos tambien tuvieran derechos. Eso no solamente ocurrio en la epoca de Egipto, sino tambien miles de años despues, incluso en Grecia, donde cultivaban la filosofia, los esclavos no eran tratados como seres humanos. La Tora demostro tener principios opuestos a los ideales del mundo. Ella considera que debemos tener en cuenta nuestro origen para de esa manera dar un buen trato a un esclavo o a un extranjero. El exilio que nos oprime nos enseña a tratar a los demas. Estas exigencias de la Tora no vienen para senialar la igualdad de derechos sino para recordarnos "...Y ustedes conocen el alma del peregrino". Esto nos va a servir para considerar mas al pobre cuando lleguemos a gobernar. Vamos a ilustrar esto con el siguiente relato: un rey iehudi tenia un hijo al que le faltaba poco tiempo para cumplir el Bar Mitzva. Contrato a un maestro para que le enseñe y llegue bien preparado para ese dia tan esperado. Luego de prepararlo, el padre le pregunta al maestro: ¿Haz terminado de enseñarle todo lo que mi hijo debe aprender? No, -respondio el maestro- falta una leccion pero no se la quiero enseniar porque se que te opondras. El rey le dijo: "enseñale lo que debes; yo no me opongo". Entonces el maestro tomo al chico, le quito sus ropas y le dio una fuerte paliza con un cinturon. El niño llego desesperado a su casa y el rey mando a colgar al maestro en una horca. Lo tomaron al maestro y antes de matarlo le dijeron que haga su ultimo pedido. este solicito poder hablar con el rey. La gente murmuraba: "Despues de la brutal paliza que le dio al hijo, ¡aun tiene la desfachatez de solicitar hablar con el rey!". este le concedio el pedido, entonces le dijo el maestro al rey: "¿Tu te acuerdas que yo te dije que te opondrias a la ultima leccion?" El rey le dice: "¿de que leccion me hablas?" El maestro le responde: "El dia de mañana tu hijo tambien se convertira en rey, y cuando sepa que alguien obro mal, tal vez lo sentencie a diez latigazos, porque... de todos modos a el no le duele. Ahora que los golpes los sintio en carne propia, antes de determinar el castigo recordara su propio sufrimiento y sabra cuanto castigar al transgresor".

Moshe Rabenu sale al encuentro de sus hermanos y vio sus sufrimientos.

Cuando el se pone en el lugar de ellos, ese es el instante en que se lo designo el lider iehudi. Moshe sale a ver a sus hermanos y ve a un egipcio pegando a un hebreo. Moshe mata al egipcio. Al otro dia ve una situacion peor: la pelea entre hermanos. Estos, en lugar de agradecerle a Moshe, denunciaron que mato a un egipcio. Cuando Moshe se escapa a Midian, ve a unas señoritas que fueron a extraer agua y los pastores las estaban maltratando y las defendio. Por el primer caso huyo a Midian, por el segundo sufrio calumnias y por el tercero demostro como se exponia con tal de hacer justicia. Luego vimos su negativa de ir a hablar con Parho por si Aharon se sentia mal, la justicia el no dañar a su hermano, su piedad y humildad formaron al dirigente ideal.

Rab Moshe M Hoffer

Tercer comentario - Gracias a las mujeres

Si hubo una período en la historia que más nos marcó a los judíos para todo el futuro, entonces fue la época en la cual fuimos esclavizados en Egipto. Si tantas veces nos recuerda la Torá que no olvidemos nuestra pasada condición de esclavos, es para que esta marca no se borre en nuestras mentes y que, por siempre, seamos sensibles al dolor ajeno y a las injusticias que surgen a partir del adueñarse los unos de las vidas de los demás y del aprovechamiento del más débil en manos de los más poderosos (Irmiahu - Jeremías cap. 34).

Dado que tenemos el privilegio de haber nacido en una era en la cual no conocemos esta clase de esclavitud (al menos, en nuestro medio), toda la historia de la servidumbre de Egipto nos puede parecer un tanto remota y alejada, cuanto más, si contemplamos los dibujos de la Hagadá de Pesaj, que casi siempre pintan las cosas en términos un poco infantiles y superficiales. Por lo tanto, nos será muy útil estudiar lo que dice el Talmud (tratado de Sotá 11) que analiza en forma pormenorizada los versículos de Shmot (Exodo) que nos relatan acerca de las condiciones en las cuales se desarrolló la opresión egipcia. De la lectura correcta de los textos, sabremos no solo lo que ocurrió, sino cuáles eran los objetivos del Faraón y como sobrevivieron los israelitas todas sus indignas intenciones.

En primer lugar, podemos observar los nombres de los lugares en los cuales los israelitas construyeron para el Faraón. Uno era Pitom y el otro Ra-amsés. Pitom y Ra-amsés no eran lugares aptos para la edificación. Pitom se llamaba así, porque la tierra se "tragaba" las construcciones que allí se erigían. Por otro lado, el nombre Ra-amsés significa que a medida que montaban sus construcciones, éstas se iban cayendo. Lo cual nos lleva a una pregunta obvia. ¿Qué sentido tenía para el Faraón ocupar a la gente edificando cosas que no durarían en el tiempo? No podemos atribuir esta conducta aparentemente tonta a la falta de eficiencia en la jerarquía egipcia, pues en ese sentido los egipcios demostraron ser sumamente sabios y racionales.

Lo cual nos lleva a suponer que había otra intención oculta en la cabeza del Faraón que estaría relacionada con su objetivo de desmoralizar al pueblo de Israel para que perdieran esa identificación con su raíz y su pasado común. Mientras el ser humano se siente bien con si mismo y con la actividad que desarrolla, entonces mira adelante con optimismo y su mente se mantiene sana e íntegra. Es posible que tenga mucho trabajo, pero eso no lo va a desalentar. Al contrario, el trabajo y no el ocio, dignifica al ser humano.

Sin embargo, cuando la labor que hace no es para nada productiva y no se ven resultados de su esfuerzo, ésto en si es un factor que desanima y quita todas las ganas de vivir y de ser alguien. La persona a quien ésto le sucede se va sumiendo en una peligrosa caída de abatimiento y desesperación (I-ush) que no le permite ver más allá sino con pesimismo. Los Sabios nos advirtieron en distintas citas del Talmud, para que nos cuidemos de no caer en ese tipo de desesperanza. De ahí, la importacia que se le da a la Simjá (alegría) en todos los emprendimientos de la vida. El Faraón bien conocía la correlación que existe entre la libertad física y la espiritual. Mientras el hombre está limitado por la urgencia de sobrevivir y de llegar a fin de mes (o al fin del día) para pagar sus cuentas, le es muy difícil - y para algunos parece imposible - ver otro aspecto de la vida, aunque, si tuviese el espacio mental para concentrarse, éste le sería más importante y caro con el correr del tiempo. Moshé inicialmente le hablaba al pueblo del significado de la libertad espiritual, pero "no lo escuchaban por impaciencia de espíritu y a causa de la dura servidumbre" (Shmot 6:9). Querían escuchar, pero no estabn en condiciones.

El Faraón, a su vez, manifiesta que: "ociosos estáis, ociosos, por eso decís: "Vayamos a ofrendar para nuestro Eterno"" (ibid 5:17). Al cansancio anímico que sentían por la humillación y la falta de efectividad en su tarea, se sumó el decreto de arrojar a los niños israelitas recién nacidos al Nilo. Se escuchaba decir a la gente: ¿para qué procrear y gestar hijos, si de todos modos, los tirarán al río? Esta sensación confirmaba el hecho que los egipcios los dominaban totalmente, hasta en su vida íntima (Rash"i sobre B-midbar 26:5). Parecía ser que estaban por "tocar fondo". Fue en esa situación, que las mujeres hicieron lo suyo para salvar a sus maridos de desmoronarse psíquicamente.

Si bien, según algunas fuentes del Talmud que mencionamos, las mujeres también tenían que cumplir tareas para los egipcios, y, acorde a la manera sadista de someter de los amos egipcios, las obligaciones de las mujeres eran tan poco adecuadas para su forma de ser femenina, como la de los hombres para la suya, igual apoyaron a sus esposos para que no se sumieran en la depresión espiritual. Con intrepidez y energía, estas mujeres valerosas salían al campo adonde sus maridos construían para ofrecerles la comida caliente y brindarles el ánimo suficiente para imaginar un futuro mejor. No por nada nos dice allí el Talmud que "en mérito de las mujeres valerosas de aquella generación, salieron los israelitas de Egipto".

Estamos acostumbrados a que la fuente de ingresos para sostener a la familia fluctúe pues eso ya es moneda corriente para quienes meditamos sobre los vaivenes de la vida. Desde que Adam fue echado del Gan Eden, sabemos que el pan se gana con incertidumbre ("beitzavón tojelena"), con la transpiración de la frente ("bezeat apeja tojal lejem") y que un día puede haber trabajo, y otro - no. La cuestión pasa por la actitud que toma quien quiere ayudar a aquel que está mal. "Mal" porque no alcanza el dinero, "mal" porque no puede cumplir con las expectativas habituales de su cargo de ser padre y no llega a alimentar a su familia, "mal" porque siente la condena de la sociedad por su fracaso laboral. No es fácil ayudar a una persona que perdió las esperanzas de todo. Casi siempre, al que está decaído le falta la energía para emprender cosas nuevas. La reacción común frente a los consejos y las buenas intenciones de los demás, son de escepticismo y descreimiento, porque cree que no lo entienden. Si las sugerencias vienen por parte de la propia esposa, a quien por la ley de la Torá el marido debe alimentar, pues entonces la vergüenza que percibe es aun mayor, porque siente que se están revirtiendo los roles y que deja de ser "hombre". Como resultado, muchas veces, la reacción a la falta (aparente) de hombría se manifiesta por una mayor agresividad, verbal o física, para mostrar su fuerza y mantener "su cargo" en el seno familiar y social. Es muy difícil aconsejar al otro, sin que éste se sienta como si la intención fuese la de ocupar o avasallar puestos ajenos. Saber escuchar al otro, puede ser útil en la auto-estima de la persona que está mal y ayuda a relajar las tensiones creadas en el ambiente laboral. Quien relata sus pesares a la persona en quien confía, lo hace para descargarse y para sentir que no está solo. Al prestar atención con empatía, uno no debe apresurarse en comparar la vida del otro con la propia, ofrecer soluciones instantáneas y obvias ni aleccionar al otro sobre temas filosóficos. No hay peor sentimiento que aquel que está embotellado en un callejón sin salida.

La vida en Egipto, de acuerdo a lo que describimos por las citas del Talmud, no habrá sido muy distinta a este cuadro pesimista. Quizás sea este, uno de los significados del versículo: "las sabias entre las mujeres construyen sus hogares" (Mishlé - Proverbios 14:1, según la explicación de Rash"i). En la situación límite de la vida de aquella época tan difícil, con sus maridos abatidos sirviendo a amos tan severos y ofensivos, en una tarea degradante e interminable, las mujeres demostraron que, desde su rol de esposas bien cumplido, pudieron levantar el ánimo de sus maridos para que miren hacia adelante. "Gracias a ellas - dicen los Sabios - salieron nuestros padres de Egipto".

Daniel Oppenheimer

http://www.tora.org.ar

viernes, 17 de diciembre de 2010

יום הקדיש הכללי עשרה בטבת



EN 1950 EL JEFE DEL RABINATO DE ISRAEL DECLARO EL DIA 10 DE TEVET COMO DIA DEL KADISH GENERAL POR LAS VICTIMAS DEL HOLCAUSTO Y POR LOS SOLDADOS ASESINADOS SIN YARTHZEIT CONOCIDO

jueves, 16 de diciembre de 2010

Parashá Vayejí - (Y vivió). 11 Tebet 5771 (18 de Diciembre de 2010).La Envidia.


En la noche de shabat, después de hacer el kidush, el padre y la madre bendicen a sus hijos diciéndoles: "Que lleguen a ser como Efraim y Menashé", y a sus hijas las bendicen diciéndoles: "Que sean como Sará, Rivká, Rajel y Leá".

La fuente de la primer bendición que citamos se encuentra en esta parashá, cuando Iaacov bendice a Efraim y Menashé, los hijos de Iosef.

Nuestros Sabios preguntan: ¿Por qué se eligió esta bendición y no alguna de las otras 12 bendiciones que Iaacov le dio a sus hijos antes de fallecer?

Como sabemos, Menashé era mayor que Efraim, y es por eso que cuando Iosef, que estaba parado frente a Iaacov, trajo a sus dos hijos delante de su padre, ubicó a Menashé - el mayor - a su izquierda, para que Iaacov pusiera sobre su cabeza su mano derecha, y a Efraim - el menor - lo ubicó a su derecha, para que sobre él apoyara su mano izquierda.

Sin embargo, cuando Iaacov los bendijo cruzó sus manos y puso su mano derecha sobre Efraim - el menor, y la izquierda sobre Menashé - el mayor.

Iosef, pensando que su padre se equivocó, le avisó que el mayor era Menashé.Pero Iaacov le contestó (Bereshit 48:19): "Yo sé hijo mío, él también será un pueblo y crecerá, pero su hermano menor tendrá más grandeza y su descendencia estará en todo el mundo".Es decir que Iaacov no se equivocó, sino que él quiso apoyar su mano derecha sobre el muchacho que tendría un mayor futuro.

¿Qué sentiría cualquiera de nosotros en una situación similar?Celos y envidia.Pero la reacción de Menashé, explican los Sabios, fue justamente la contraria, pues al ver que su hermano sería más grande que él en el futuro, sintió una gran alegría y no lo envidió como nosotros hubiéramos pensado.

Por este motivo, es esta la bendición que fue escogida para bendecir a los hijos el viernes por la noche, pues la intención es inculcarle a cada uno de nuestros hijos que hay que vivir sin tener envidia de nadie y menos de nuestros hermanos.

Si nos detenemos a pensar un instante, veremos que el hecho de bendecir a nuestros hijos mediante esta bendición específicamente en shabat, contiene además un importante mensaje.

Es sabido que toda la finalidad de cumplir el shabat es demostrar en la práctica, nuestra emuná de que D'os creó el mundo en seis días, el séptimo descansó y sigue dirigiendo el mundo cada instante.Entonces, al escuchar esta bendición en shabat, estamos demostrando que esta no es una teoría solamente.Nuestros hijos entenderán que hay un Ser Superior que dirige el mundo, y esta es la herramienta fundamental para no sentir envidia de los demás, pues si hay algo que deseamos y no lo obtenemos, es porque en realidad no lo merecíamos.

Analizando esta idea nos daremos cuenta de que el acto de envidiar no tiene lógica.¿Acaso el hecho de que nuestro prójimo tenga algo, significa que me lo han quitado a mí?Nada de lo que él tiene lo robó de mí, ni tampoco D'os disminuyó mis bienes para dárselos a la otra persona.Entonces, ¿por qué la envidia?

La Mishná en Pirke Avot (4:28) cita a Rabí Elazar Hakapar que dice: "la envidia, la ambición y el honor sacan a la persona del mundo".

Vemos que la envidia es una de las causas que acortan la vida de la persona, ya que el que constantemente sufre por lo que tiene su compañero y él no; está demás explicar, qué perjuicios provoca ese sufrimiento.

Por otro lado, también en Pirké Avot, otra Mishná (4:1) dice: "¿Quién es el verdadero millonario?Aquel que está contento con su parte".

Después de leer esta Mishná podemos pensar que es una muy linda teoría pero difícil de aplicar en la práctica.Pero como dijimos anteriormente, al entender que D'os nos da solamente lo que es para nuestro beneficio, y por ende, lo que no tenemos también es para nuestro bien, la persona podrá llegar a estar contenta con lo que D'os le da.

Por eso nuestros Sabios eligieron esta bendición, para que cada shabat nuestros hijos escuchen que Menashé no tuvo envidia de Efraim, sino que por el contrario, disfrutó al saber que su hermano prosperaría más que él.

Este es uno de los desafíos que tenemos los padres en la educación de los hijos: el tratar de eliminar la envidia que normalmente siente un hermano del otro, y la base para empezar es no hacer diferencia entre los hijos, ya que si ésta existe, evidentemente el hijo desplazado no sólo que envidiará a su hermano, sino que también terminará odiándolo.Por eso, si felicitamos a un hijo porque hizo una buena acción, tenemos que buscar motivos para felicitar también a los otros, y así no despertar la envidia entre ellos.Y con la ayuda de D'os podremos inculcar a nuestros hijos el vivir sin envidia, para que consecuentemente puedan ser verdaderamente felices con lo que tienen.

jueves, 9 de diciembre de 2010

AYUNO 10 DE TEVET (Viernes 17 de Diciembre de 2010). ¿Qué nos falta?


El 10 de Tevet es el día en el que el rey babilónico Nabucodonosor sitió Jerusalén, como está descrito en Reyes II 25:1-3: "En el año noveno de su reinado, en el mes décimo, el diez del mes, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia con todo su ejército contra Jerusalén; acampó contra ella y la cercaron con una empalizada. La ciudad estuvo sitiada hasta el año once de Tzidkiahu (Sedecías). El mes cuarto, el nueve del mes, cuando arreció el hambre en la ciudad y no había pan para la gente en el pueblo, se abrió una brecha en la muralla de la ciudad y el rey partió con todos los hombres de guerra, durante la noche..."

El sitio duró más de un año y medio y el 17 de Tamuz se abrió definitivamente la brecha en la muralla. Tres semanas después, el 9 de Av, el Templo fue incendiado y este evento, más que cualquier otro, simboliza el fin de la independencia judía en su tierra y el inicio del exilio.

En las escrituras se llama el “ayuno del décimo mes” (Zacarías 8:19).

En Israel, este día también se observa como el Día de Kadish Nacional, al ser recitado en él la oración de kadish de duelo por las personas asesinadas durante el Holocausto, especialmente por la memoria de aquellos cuya fecha de muerte no es conocida.

El 10 de Tevet es el único ayuno que se puede realizar también en viernes.

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Recuerdo una discusión que tuve una vez sobre la pregunta del futuro Templo. El compañero con quien estaba debatiendo decía que había opiniones diferentes sobre esto en el Judaísmo.
¿Quién escribió lo siguiente?

Mashiaj [el Mesías] restaurará el reino de David a su antigua gloria, a su soberanía original. Él construirá el Santo Templo y reunirá los dispersos de Israel. En su tiempo, todas las leyes [de la Torá] se reintegrarán como antes; se ofrecerán sacrificios y el año Sabático y del Jubileo se instituirán como dice la Torá. Quien no crea en él o no se anticipe a su venida, no sólo niega a los otros profetas sino también la Torá y a Moisés…

¿Quién dijo esto? ¿Un sacerdote desterrado que sobrevivió a la destrucción del Templo? ¿Un místico sefaradí del siglo XVI? ¿El Rebe de Lubavitch?

Recuerdo una discusión que tuve una vez sobre la pregunta del futuro Templo. El compañero con quien estaba debatiendo decía que había opiniones diferentes sobre esto en el Judaísmo. Los "rabinos de derecha" estaban a favor de él. ¿Pero qué hay del filósofo ilustrado como Maimónides? ¿No diría él que mientras el Templo pudo haber sido un componente necesario para la vida religiosa en la cultura de aquella época, es un anacronismo en el mundo de hoy? (Mi amigo estaba refiriéndose a un pasaje en la Guía de los Perplejos que podría entenderse de esta manera.)

En respuesta, tomé el tomo 14 del libro de Mishné Torá del estante y le mostré el párrafo citado, escrito hace más de ocho siglos por el propio Maimónides, donde declara inequívocamente que la reconstrucción del Templo es una parte íntegra de la redención futura por la cual el judío reza y se prepara todos los días de su vida.

El 10 de Tevet es el aniversario del sitio de Jerusalén que llevó 30 meses después a la destrucción del Templo. En este día, los judíos a lo largo del mundo ayunarán y lamentarán por su destrucción y rezarán para su reconstrucción. Así que éste es un buen momento para preguntar: ¿Por qué necesitamos un Templo? ¿Qué exactamente nos está faltando?

La humanidad ha aprendido bastante durante los últimos 6000 años. Filosofamos nuestro camino a la ciencia y luego la ciencia nos conduce hacia la puerta del misticismo. En el camino, inventamos la literatura, el arte, el amor romántico, la economía, la democracia y la psicología.

Pero todavía no sabemos cómo vivir nuestras vidas.

Ponga a veinte personas en un cuarto. Seguramente que se pondrán de acuerdo sobre la santidad de la vida, los derechos humanos, la igualdad, el libre albedrío, la paz mundial, etc. Pero sáquelos del cuarto a su cotidianeidad y tendrá veinte opiniones diferentes en lo que estas cosas significan y cómo deben aplicarse.

En las elecciones diarias que la vida nos presenta, los mismos principios en que estábamos de acuerdo se vuelven la base para visiones y actos contradictorios, en todo, desde el aborto al suicidio asistido, desde el vegetarianismo a la plegaria en la escuela, casi cada tema puede confrontarnos.

Las ideas y principios no son suficientes. Ellos definen el "cuadro general", pero pocos conflictos son sobre el cuadro general. La mayoría de nuestros conflictos y dilemas son sobre el cómo, el cuándo y el dónde. No es suficiente saber lo que es correcto--necesitamos conocer profundamente la justicia, entender sus modos y sutilezas, sus sabores y parcialidades.

Es como la diferencia que existe entre ver una persona un rato y estar casado con esa persona durante veinte años. En el primer caso, tengo una cara y un nombre: si me encontrara a esta persona en la calle, sabría quién es. ¿Pero sé cómo le gusta su café? ¿Sé qué número calza o cuántas horas de sueño necesita? ¿Yo sé cómo sonríe cuándo lo felicitan o cómo reacciona cuando lo insultan?

No es suficiente saber que A es bueno y B es malo, que X tiene razón y Y está equivocado. Nosotros necesitamos ver la bondad de cerca--lo bastante para discernir los detalles. Necesitamos vivir correctamente, estar "casados" con ella, sentirla en nuestros huesos. Necesitamos una relación íntima con Di-s.

Hasta cierto punto, es posible lograr esta relación íntima en el mundo de hoy. Tenemos la Torá en la que Di-s puso Su alma y personalidad, Sus aspiraciones e idiosincrasias. La Torá es una crónica detallada de los deseos de Di-s, Sus gustos y Sus aversiones. La Torá nos da una guía a una vida que es a la vez espiritual y práctica, respondiendo a nuestro anhelo por la cercanía con lo Divino, gobernando nuestra conducta a través del mundo físico.

Pero el problema es que la Torá es un documento escrito. Por lo tanto ¿qué le dice Ud. a alguien que sostiene: "Yo, también, tengo una Torá, y ¿mi tradición tiene una interpretación distinta de la suya sobre el bien y el mal?" ¿Cómo podemos estar seguros que entendemos correctamente los matices y si el texto escrito está aplicándose óptimamente en nuestras vidas?

¡Si sólo hubiera un lugar donde la bondad y la rectitud realmente vivieran! Un lugar con una dirección y un número de teléfono. Un lugar donde podamos ir físicamente y llevar a nuestros primos y vecinos. ¡Miren, diríamos, ésta es la verdad, ésta es la bondad y ésta la justicia! ¿Ven? Y ellos verían.

Había semejante lugar: el Santo Templo en Jerusalén, la casa de Di-s en el mundo físico. Eso es lo que nos está faltando.

Por Yanki Tauber

LÁGRIMAS POR SHABAT


En un pequeño Bet Hakenéset (sinagoga) de los Estados Unidos se encontraban algunos miembros de la comunidad local realizando el homenaje al fallecimiento de Rabí Israel Meir Hacohén, el “Jafetz Jaim”.

Como era costumbre en estos casos, el Rabino principal preparó un discurso donde recordaba algunos de los tantos hechos de tan respetada figura.

Entre las palabras del Rabino, se relató un suceso que a pesar de no contar con muchos detalles, valía la pena ser revelado públicamente.

-Años atrás, en la Yeshivá del Jafetz Jaim, habían descubierto a un muchacho fumando un cigarrillo en pleno Shabat, y debido a que esta falta no podía ser pasada por alto en una institución de tal magnitud, los dirigentes de la misma decidieron expulsarlo definitivamente del plantel.

Al enterarse el Jafetz Jaim de esto, mandó a llamar inmediatamente al joven, quien después de una corta entrevista con él, decidió arrepentido cambiar de magnitud.

“Ignoro cuales fueron las palabras que le dijo el Jafetz Jaim al muchacho” –prosiguió el rabino-. “Realmente me encantaría saber que sucedió entre ellos para poder así transmitir del mismo modo la trascendencia e importancia del Shabat”.

Con esta incógnita concluyeron sus palabras, y dando por terminada la sesión se dispuso a desalojar la sala; cuando de pronto sintió la presencia de un anciano al final del salón.

El Rabino se acercó a él y le ofreció ayuda. Pero el hombre se negó a recibirla. El Rabino, se alejó sin decir palabra.

De pronto, el anciano lo llamó y le dijo:

-¿Sabes? Yo soy aquel joven que mencionaste…

El Rabino, sorprendidote encontrarse frente al protagonista de su historia, le preguntó si podría revelarle cuáles fueron las palabras que en aquel tiempo intercambió con el Jafetz Jaim.

El anciano accedió y le dijo:

-En realidad, no fue mucho lo que hablamos. En un principio, y debido a mi juventud e inexperiencia, me imponía de sobremanera la idea de entrevistarme con el personaje más importante de la generación. Sin embargo, cuando me vi en aquella casa tan humilde y ante una persona de tan baja estatura que me llegaba a los hombros, pensé: ¿acaso es este el personaje más importante de la generación?

“Muy pronto se aclararon mis dudas, pues fue cuando estrechó el Jafetz Jaim sus manos con las mñias que se ruborizó mi rostro inmediato, y yo, sin atreverme a mirarle a la cara, me sorprendí al descubrir la humedad de sus lágrimas deslizándose sobre nuestras manos. Fue entonces cuando me atrecí a mirar su rostro que sollozaba y murmuraba con grana amargura: “¡Shabat! ¡Shabat Kodesh…!”

“No puedo expresarle lo que pasó por mi mente en esos momentos-continuó-. Sólo recuerdo que sentí una gran humillación y tormento, de pensar cómo era posible que un hombre desconocido para mí fuera capaz de derramar tantas lágrimas por alguien que lo único que tenía en común con él era ser judío.

“Me atormentaba la idea de pensar por qué no sentía yo el mismo dolor por las faltas de mis demás compañeros”.

“Fue entonces cuando comprendí la grandeza de aquel hombre y me decidí a seguir sus pasos. Bastó este detalle de amor e interés por los demás, para que yo entendiera la razón por la cual el Jafetz Jaim era el líder de aquella generación.

Estas palabras del anciano dejaron al Rabino fascinando e impresionado, por la grandeza del Jafetz Jaim.

El anciano, con una sonrisa en los labios, le dijo al Rabino discretamente: ¿Sabes? Éste es el mejor recuerdo de mi vida…”

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Parashá Vayigash - (Y acercóse). 4 Tebet 5771 (11 de Diciembre de 2010).La Óptica de la Torá Sobre el Reformismo


Esta parashá nos relata el reencuentro de Iosef con sus hermanos y luego con su padre Iaacov.
Después de que Iosef se dio a conocer ante sus hermanos, mandó a llamar a su padre Iaacov para que éste y toda su familia fueran a vivir a Egipto, pues había mucha escasez en la tierra de Israel.

En el capítulo 46, versículo 28, la Torá nos cuenta que Iaacov envió a Iehudá a la zona de Goshen - la región donde ellos habitarían - para que llegue antes que sus hermanos.
Rashí nos explica que Iaacov le pidió a Iehudá que se adelante por dos motivos.Uno de ellos fue porque Iaacov quería que Iehudá prepare un lugar apropiado para poder estudiar Torá, pues no podía prescindir de su lugar de estudios siquiera por un corto tiempo.

Este comentario de Rashí parece algo desconcertante, pues, ¿cuál hubiese sido el problema si Iaacov no hubiera tenido su "ieshivá" preparada apenas llegase?¿Acaso él no podría haber estudiado Torá en su casa por algunos días hasta disponer de un lugar de estudios?

La respuesta es muy simple, pero su enseñanza es muy grande.Iaacov sabía que pronto llegaría a Egipto y allí se encontraría con la sociedad más culta y adinerada de su época, que en definitiva fijaba las modas y tendencias de las personas de aquella generación.Él sabía que no iba a ser una prueba fácil para ellos vivir allí, ya que en Egipto los valores eran totalmente opuestos a los que sus hijos recibieron.

Pero Iaacov había educado a sus hijos en el camino de la Torá y todo su deseo era que su familia viva apegada a D'os y Sus mandamientos.Y es por este motivo que lo primero que Iaacov quiso hacer - incluso antes de él mismo llegar a Egipto - fue preparar las condiciones para asegurar el nivel de espiritualidad del lugar en el cual residiría su descendencia los próximos doscientos años.
Iaacov sabía que la única manera de mantener firmes los valores que D'os le transmitió, era a través de una "ieshivá" y un "bet hakneset", lugares donde sus hijos estarían a salvo de toda mala influencia.

Asimismo, vemos que cuando Iosef se encontró con sus hermanos, les dijo: "Ahora el Faraón pedirá conocerlos y su intención será nombrarlos en puestos de su gobierno, por lo tanto cuando él les pregunte a qué se dedican ustedes, deberán decir que son pastores - ya que éstos son despreciables en Egipto, pues ellos idolatran a los animales" (Bereshit 46:33-34).

Los hermanos obedecieron las indicaciones, y cuando el Faraón les preguntó cuáles eran sus profesiones ya sabían qué responderle.El Faraón siguió insistiendo y le dijo a Iosef que si veía que sus hermanos podrían servir en su ejército, que los nombre comandantes.Pero Iosef le respondió que no los veía capacitados para ello y de esta manera logró establecer a su familia en la tierra de Goshen, que geográficamente estaba alejada del resto de las ciudades egipcias.

Tanto Iaacov como Iosef nos enseñan que siempre debemos pensar si el paso hacia adelante que vamos a llevar a cabo, será perjudicial para nuestros valores espirituales actuales o futuros.

Hace más de 1930 años que se destruyó nuestro Bet Hamikdash, y consecuentemente comenzó la diáspora del pueblo judío.

Muchos relatos de los Sabios nos describen el esfuerzo que pusieron los iehudim para cumplir las mitzvot en cualquier condición, para no asimilarse a los goim (otros pueblos).A pesar de todas las amenazas y las persecuciones para obligarlos a convertirse de religión, los judíos decidieron sacrificar sus vidas si era necesario, antes que dar el brazo a torcer.Ellos preferían morir como judíos fieles a su Creador y a Su Torá, antes que vivir como gentiles - incluso en excelentes condiciones económicas.

Esto que acabamos de contar fue cierto en la gran mayoría de los casos durante todas las épocas.
Sin embargo, hace 200 años aproximadamente, en Alemania, la situación comenzó a cambiar drásticamente.Un grupo de judíos que recibieron la influencia de la cultura de los goim, comenzaron a pensar que las épocas habían cambiado, y ya no se podía vivir durante tanto tiempo entre goim y seguirlos obviando.

Con esta y otras ideas como: "Sé judío en tu hogar y persona fuera de él", los "reformistas" comenzaron a intentar acercar al judaísmo tradicional a las pautas que imponía la sociedad gentil.Ellos sostenían que cuanto más nos acerquemos a los goim, menos antisemitismo habría, y además, cuanto más adaptemos la Torá a la sociedad y a la época, más judíos volverían a sus "fuentes".

Doscientos años más tarde, estas ideas desgraciadamente encontraron albergue en los corazones de millones de judíos en todo el mundo.

Pero esta parashá nos muestra que tanto Iaacov como Iosef pensaban justamente lo contrario, y entendían que la única garantía que tiene am Israel para seguir siendo el pueblo elegido, es aferrarse a la Torá y sus mitzvot sin cambiar absolutamente nada de ella, así como también alejarse de las ideas de los goim y de su sociedad.

Lamentablemente, hoy en día vemos que la asimilación es un producto exclusivo de los reformistas.Pero mucha gente no tiene conciencia del peligro que esto conlleva.

En primer lugar veamos los resultados de una estadística hecha por los mismos reformistas (extraído del libro "HaReformim" - editorial "Manof", página 50):

Sólo el 25% de los judíos que se identifican como reformistas le hacen el berit milá (circuncisión) a sus hijos.
El 68% de los reformistas no encienden las velas de Shabat.
El 60% de ellos festejan la Navidad, y tienen un "arbolito" en su casa.
El 70% de los reformistas sostienen que los niños deben participar de los coros en los colegios mixtos, aunque canten canciones cristianas.
50% de los mismos festejan las pascuas cristianas.
59% van a sus trabajos en Iom Kipur.
44% no hacen el seder de Pesaj.
80% comen pan en Pesaj.
50% no festejan Januká.
30% no creen en la futura resurrección de los muertos.

Ahora traduciremos los testimonios del intendente de Jerusalem y de un diputado de la Kneset (quienes no se destacan por su religiosidad) después de haber visitado templos reformistas:

Testimonio del intendente de Jerusalem sobre la tefilá de Iom Kipur en un templo reformista en Manhatan:

"La mayoría de los hombres no tenía kipá.La impresión que daba la mayoría de los concurrentes era que venían directamente de sus trabajos con sus portafolios llenos de documentos.En contraposición a lo establecido, se sentaron juntas familias enteras - mujeres, hombres y niños - para realizar una tefilá en conjunto.¡Quedé atónito!Al finalizar la tefilá y los discursos, la mayoría de los feligreses salieron y subieron a sus autos.Los encargados de la sinagoga apagaron las luces, y no fueron pocos los que fueron a comer la cena después del rezo".

El diputado Rubi Riblin, luego de haber sido invitado por la comunidad reformista de Inglaterra declaró:

"Como un judío que no cumple los 613 preceptos, ni tan sólo 13 preceptos, me estremecí profunda e ilimitadamente.Se descubrió ante mí una comunidad cuya relación con el judaísmo ni llega a acercarse a la realidad.Tuve la sensación de que me encontraba dentro de una iglesia.Quedé petrificado.Eso era idolatría y no judaísmo.Hasta ahora pensaba que los reformistas eran una rama del judaísmo; luego de haber visitado dos templos pertenecientes a ellos, estoy convencido de que esa es una religión nueva por completo, sin ninguna relación con el judaísmo.La asimilación es total.Sus rezos parecían completamente un acto protestante".

Poco a poco, entre los reformistas van desapareciendo la mayoría de los preceptos conocidos por la religión judía.A simple vista podríamos decir que en este "proceso de cambio" no existe ningún límite.

¿Acaso hay algún judío en el mundo que pueda permitirse dejarles realizar lo que se proponen?
Demás está agregar palabra alguna.

(Extraído de la revista "Zohar")

viernes, 3 de diciembre de 2010

JANUKÁ (25 KISLEV - 2 TEBET) (2-9 Diciembre 2010). En Alas de la Menorá


Janucá recién había pasado y blandos copos de nieves llenaban el aire duro y helado del mes de Tevet. David salió de la cama con su tibio pijama y apretó la nariz contra el ventanal observando cómo la calle se tornaba blanca. Si la nieve seguía apilándose durante la noche, por la mañana podría divertirse, construyendo hombres de nieve, jugando batallas... Pero David no estaba demasiado excitado ante estas ideas, como podría esperarse de un chico que ve caer la primera nevada de la temporada. En realidad, se sentía triste en ese momento.

David era hijo único. Janucá significaba mucho para él. Amaba cada minuto de sus ocho días. Amaba ver a su padre encendiendo las velas de Janucá y amaba encender su propia lámpara. Esta era la época en que sus primos lo visitaban. David no tenía hermanos, pero si muchos primos. Cada noche de Janucá muchos de ellos lo visitaban y mientras las luces de Janucá ardían, ellos jugaban. Comían buñuelos calientes para disfrutar aún más de esos momentos. Papá siempre llegaba a casa temprano en esos días, pues nunca salía en viajes de negocios durante Janucá, y a menudo tomaba parte en los juegos. También estaba el Januque Guelt (dinero) y los regalos. Pero ahora todo eso había terminado. La casa estaba tranquila nuevamente y las noches se hacían largas. ¡Cómo le hubiera gustado a David que Janucá durase toda la vida!
Pero, un momento... ¿qué es eso? David se frotó los ojos. No podía ser. Miró una y otra vez pero no había error. Allí estaba, la hermosa Menorá de plata de Janucá, flotando en el aire, en medio de los copos blancos. Debo estar soñando, pensó David. ¡Si hace un momento vi a la Menorá de plata tras la vitrina del armario, bien lustrada y lista para esperar hasta el año siguiente!
Pero no había posibilidad de equivocación. Era su hermosa y amada Menorá flotando en el aire, con el brillo de ocho velas alumbrando alegremente en el viento, cada vez más y más ... y mientras David abría grandes los ojos por el asombro, la Menorá le hizo señas para que saliera.

-"Vete" balbuceó David. "No seas tonta. La Menorá sin duda está en el armario. Y de todas maneras como puede salir caminando a través del ventanal y caminar por el aire flotando como un copo de nieve? A lo mejor una Menorá puede hacerlo, pero yo no...

Pero esperen, ¿qué es lo que está ocurriendo? Las llamas de la Menorá se desprendían de ésta y volaban hacia él, haciéndole señales para que saliera. Era tan fácil después de todo... La ventana se abrió y enseguida se encontró flotando hacia la Menorá.

¡Qué fantástico! Mañana podría contárselo a sus compañeros en la escuela, aunque sin duda nadie le creería. Ven David, cantaban alegremente las llamas. -Te mostraremos cosas sobre la vida de la Menorá y todo lo que hace durante el año mientras aguarda Janucá.

-Eso debe ser interesante, dijo David mientras se dejaba llevar por las afables lucecitas. Flotando fácilmente sobre los techos, David vio las casas de la ciudad perderse bajo su cuerpo. Ahora ya no había nada más que un cielo estrellado encima y luces tenues abajo, que decrecían constantemente.

-¿A dónde me llevan?, preguntó David a las llamitas. Mi mamá se preocupará cuando llegue a mi dormitorio para apagar las luces y darme las buenas noches. -Volveremos a tiempo, te lo prometo. No tienes nada de que preocuparse. ¿Te gusta el vuelo?

-Es maravilloso. Nunca pensé que sería así, replicó David entusiasmado, aunque en lo profundo de su corazón estaba algo preocupado acerca del fin que tendría esa extraña aventura. Más rápido flotaron por el espacio, llevados por una fuerte brisa. David miró para abajo y no vió más que un vasto océano, pero arriba las estrellas brillaban alegres y sintió como las lucecitas le asían fuertemente por las manos, con seguridad.

Y dirigiendo el camino estaban las ocho brillantes luces de Janucá que resplandecían más que nunca en la noche oscura. Ahora comenzó a sentir brisas calientes en sus mejillas. La oscuridad de la noche comenzó a disiparse y el amanecer ya irrumpía frente a ellos. Los primeros rayos del sol asomaron tímidamente. Los copos de nieve había desaparecido hacia mucho y abajo David podía ver pastos y palmeras, agitadas por el viento. Colinas ondulantes y verdes valles pasaban ante sus ojos, bañados por el tibio resplandor dorado del sol matutino.

Todo esto parece familiar, pensó David. Es como los dibujos en mi libro de historia de la Biblia. Como leyendo sus pensamientos, las llamas dijeron: -Estás en lo cierto, David, estamos ahora en Tierra Santa, pero no podemos detenernos aquí esta vez, aún tenemos mucho camino que hacer, pero llegaremos enseguida.

Ahora atravesaban un vasto desierto, con arena dorada hasta donde el ojo podía ver. Luego fueron altas montañas y más allá David pudo escuchar el sonido de aguas rugientes. Este debe ser el Río Sambatyon, pensó David. Las velitas sonrieron: -Shalom David, dijo una voz cálida.
David se dio vuelta sorprendido; no se había dado cuenta de que ya habían descendido y se encontraba parado sobre tierra blanda. Se encontró mirando el rostro de un hombre viejo, de larga barba, todo vestido de blanco. -Shalom nuevamente y saludos de las Diez Tribus más allá del Sambatyon. Debes amar mucho a Janucá para merecer este tratamiento, dijo el hombre.

-Así es, amo mucho a Janucá dijo David. Pero dígame por favor señor, ¿dónde estoy y quién es usted? -Sin duda, David, tu habrás oído hablar de las Diez Tribus "perdidas" de Israel. Pues bien, como ves, no estamos perdidos para nada. Estamos todos aquí.

-SI, sin duda he escuchado hablar de ustedes. Anoche mismo mi padre me leyó una historia sobre ustedes. Pero, ¿fue ayer a la noche? Ya no sé. Parece que hubieran pasado siglos. De todas maneras, yo sé mucho sobre ustedes. Luego de la caída del Reino de Israel, desaparecieron y nadie sabe qué les ocurrió. Me alegro de que estén a salvo.

El hombre sonrió. Eres un niño inteligente, David. Sí, aquí estamos a salvo y vivimos felices, sirviendo en verdad a Di-s, como cualquier hijo de Abraham, Isaac y Jacob. Ningún extraño llega a este lugar. Sólo de vez en cuando algún niño que realmente ama Janucá y los otros Días Sagrados tanto como tú, tiene el privilegio de poder ver este lugar. Pero no falta mucho para que el justo Mesías llegue; entonces nos uniremos al resto de nuestros hermanos judíos y marcharemos a Tierra Santa...

-Quieres decir.... balbuceó David excitado

-Sí, mi joven amigo, dijo el hombre significativamente.

-Pero debes tener hambre luego de un viaje tan largo. Diciendo así, golpeó las palmas y al instante un joven, también vestido de blanco, salió de una tienda cercana, portando una bandeja dorada. Sobre ella había un vaso de gran belleza. "Sírvete", dijo el hombre.

-¿Qué es?, preguntó David.

-"Maná", contestó el hombre con un brillo pícaro en sus ojos.

¿Cómo? ¿Maná?, exclamó David temblando de emoción.

-Sí, maná. Sin duda sabes de que se trata.

-¡Como no voy a saberlo!, afirmó David. Recordó la jarra de Maná que Moisés había guardado como recuerdo de aquel maravilloso milagro en el desierto', luego de haber dejado Egipto los hijos de Israel. Pero eso ocurrió hace más de tres mil años. A ver. ' . fue en el año 1948 luego de la Creación que los hijos de Israel salieron de Egipto. ¡Que maravillas

-Me alegro de que te acuerdes del Jumash tan bien. Pero vamos, prueba un poco; tienes hambre. David vaciló. -¿Qué bendición debo decir antes de comer Maná?, preguntó.

Es bueno que te hayas acordado de la bendición. Podrías haberlo arruinado todo de no ser así. Pues bien, ¿cuál es la bendición que dices por el pan?

-Todos los chicos saben eso. Pero este no es pan de la tierra. Es pan del cielo.

-Exactamente. De manera que así debes hacer la bendición.

David cerró los ojos. Quería realizar la bendición con todo su corazón. "Bendito eres Tú... que traes el pan del cielo". Entonces tomó al Maná y lo llevó a la boca y su corazón saltó de alegría, pues nunca, nunca, había probado algo tan maravilloso.

Por un momento David pensó que se iba a desmayar de la emoción, pero sintió el Maná disolverse en su boca y extenderse por su cuerpo, otorgándole una sensación de gran poderío, y un gran amor por Di-s, como nunca antes lo había sentido.

Mientras David saboreaba el Maná, el anciano dijo:

-Cuando llegue el Mesías, y todos los muertos se levanten y vuelvan a la vida nuevamente, Moisés mismo traerá el Maná y todos los que hayan vivido una buena vida judía, realizarán esta misma bendición lo ingerirán y les dará fuerza y sabiduría...

-¿Cuándo ocurría todo ello?, preguntó David. Antes de contestar el hombre besó a David en la frente con gran afecto... David sintió el beso en su frente y escuchó el "click" de la luz. Mamá había apagado las luces.

Se sentó en la cama. -¡Oh mamá, fuiste tú! ¿Porqué tuviste que despertarme justo ahora? Tenía tantas preguntas más que hacerle... David se recostó sobre la almohada y dos lágrimas, como perlas, bajaron por sus mejillas.

Mamá se sentó en la cama. Con ternura enjugó las lágrimas de David. -¿Quiéres contarme que pasó?, preguntó suavemente. Pero los ojos de David se llenaron nuevamente de lágrimas. Mañana te lo contaré todo. Ahora quiero cerrar los ojos y pensar en ello.

-¡Fue maravilloso! Buenas noches, mamá. Soy muy feliz.

(extraído del libro Maase Abot - Relatos Jasídicos , (C) Edit. Benei Sholem)