viernes, 20 de marzo de 2009

Relatos de Shabat

YO NO FUMO
Rab Azriel Hildesheimer tenía que estar el Shabat delante del Barón von Bismarck por un tema de preocupación para la comunidad judía. Von Bismarck le demostró mucha cordialidad y le ofreció un cigarrillo. Rab Azriel era tan fumador, que tenía un cigarrillo en sus labios casi continuamente los otros seis días de la semana.
"Gracias, su excelencia", dijo Rab Azriel, "pero yo no fumo".
Y desde ese momento hasta su muerte Rab Azriel nunca fumó otro cigarrillo.

Un agnóstico, queriendo ofender a Rab Elazar Moshé de Pinsk, le formuló al rabino una pregunta aparentemente inocente.
"Rabino", dijo, "¿hay alguna manera que fumar esté permitido en Shabat?"
"Realmente la hay" respondió Rab Elazar Moshé.
"¿Y cuál es? preguntó el hombre.
"Instrúyele a un gentil que lo haga por vos", contestó Rav Elazar Moshé con una sonrisa.

Una vez, justo cuando Rab Jaim se estaba preparando para Shabat, se abrió la puerta y entró una señora anciana, cargando una canasta con frutas. Estaba muy angustiada.
"Rabino, yo soy una pobre mujer anciana", dijo "y apenas me mantengo vendiendo frutas en el mercado. Hoy es viernes, y casi todo el día está perdido, todavía no vendí ninguna fruta en todo el día. No tengo ni un centavo para mis necesidades de Shabat.
Rab Jaim se puso su abrigo de Shabat y le dijo a la mujer, "venga conmigo". Fue al mercado, apoyó la canasta de frutas, y empezó a gritar, "¡fruta para Shabat! Hermanos judíos, fruta para Shabat!"
Todos vinieron a ver por qué el Rav estaba vendiendo frutas, y dentro de pocos minutos la canasta estaba vendida.
Rab Jaim le dio el dinero a la mujer y le dijo, "esto es todo suyo. Vaya y prepárese para Shabat".
por el Rabino Daniel Openheimer

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